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Es probable que si eres madre haya momentos en los que te sientes estresada. Desarrollar ese papel conlleva una serie de obligaciones que pueden hacer que, en algunas ocasiones, te sientas cansada y sobrepasada. Será en esos momentos en los que sentirás la necesidad de parar y dejar que tu cuerpo y tu mente se relajen.
Es posible que, debido a la rutina y los quehaceres, te cueste encontrar un momento para ti, pero es básico, para ti y para tu salud, ya que este estrés puede acabar haciendo mella en tu salud, así como en las relaciones con tus hijos y con el resto de tu familia.
Por eso, si notas que estás muy cansada, lo mejor será que intentes relajarte y observar qué está sucediendo. Será muy importante que dediques unos ratos del día a fomentar esa relajación y a centrarte en ti y en tus necesidades. En Divinity, te contamos los distintos ejercicios que podrás hacer para relajar cuerpo y mente.
Debes saber que el estrés crónico puede afectar gravemente a tu mente y a tu cuerpo y, por ende, también a tu salud. Podrá ponerla en riesgo, generando distintos problemas como presión arterial alta, dolores de estómago, de cabeza, ansiedad y depresión. Así, realizar distintas técnicas de relajación te ayudará a que te sientas mejor contigo misma y a estar más tranquila.
Estos ejercicios también te podrán ayudar a manejar el estrés y a aliviar los efectos que este tiene en tu cuerpo. Cuando sientes ese estrés, el cuerpo responde liberando hormonas que aumentan la presión arterial y que elevan la frecuencia cardiaca. Las técnicas de relajación ayudarán al cuerpo a estar en calma y a disminuir esa presión arterial y su frecuencia cardiaca de la que hablábamos. Esto se denomina ‘respuesta de relajación’.
Existen una infinidad de ejercicios que podrán adaptarse a ti, por eso, lo mejor será ir probando cuáles se adecúan más a tus necesidades y cuáles te hacen sentir mejor. Una de las mejores formas que tendrás para empezar será practicando ejercicios de respiración profunda, ya que podrás realizarlos en cualquier lugar y en cualquier momento del día.
Lo ideal será que te acuestes, aunque también puedes realizarlo sentada, y que coloques una mano sobre el estómago y otra, sobre tu corazón. Lo siguiente que habrá que hacer será inhalar hasta que sientas que el estómago se eleva, aguantar la respiración por un momento y exhalar lentamente, notando cómo el estómago se deshincha.
Siguiendo con la relajación, también podrás practicar la relajación progresiva, que también podrás realizar en cualquier momento y lugar. Para ello, habrá que comenzar desde los dedos de los pies, apretando sus músculos durante un momento y luego liberándolos de la tensión, para continuar con el resto de partes del cuerpo.
La meditación también será una gran opción, ya que involucrará concentrar tu atención para ayudarte a que te sientas más relajada así como controlar tu forma de reaccionar ante tus emociones y pensamientos, incluso a aquellas que pueden provocarte cierto estrés, tornándose más calmada.
Por tanto, la meditación incluirá una atención enfocada, en la que habrá que concentrarse en la respiración, en un objeto o en el conjunto de las palabras. Además, se realizará en un sitio lo más silencioso posible, para que se pueda desarrollar de forma adecuada. Será muy importante la posición corporal, ya que además de sentado, la meditación se podrá desarrollar acostado, caminando e, incluso, de pie. Un aspecto muy importante será tener una actitud abierta, es decir, no habrá que dejarse llevar por los pensamientos. Y, en lugar de juzgarlos, dejarlos libres y ser capaz de volver a la concentración.
Otra práctica que podrás realizar para relajarte es el yoga, que combina movimientos y posturas con respiración enfocada y meditación. Así, podrás incrementar además la fuerza y la flexibilidad. Existen una infinidad de tipos de yoga, que serán más o menos intensos y que puedes ir probando para adaptarlos a ti.
También puede resultarte muy útil la práctica del Taichí, que es una forma de defensa personal. Hoy en día se utiliza, principalmente, para mejorar la salud. Sus principios básicos consisten en los movimientos lentos y relajados, posturas cuidadosas, concentración y respiración enfocada. Aún así, habrá que tener cierta paciencia para poder desarrollar los movimientos de forma correcta.