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Poder revivir los primeros días de nuestro bebé en el mundo a través de fotografías hechas con calidad es algo que vamos a disfrutar siempre. Las fotos 'newborn', aquellas realizadas por profesionales durante los primeros días de vida de nuestro bebé, son de una belleza tal que se convierten en uno de los recuerdos más hermosos que podemos tener de ese momento tan único y especial.
Las sesiones de fotografía 'newborn' o recién nacidos pretenden captar a los bebés en sus primeros días, cuando su posición fetal, su piel y sus gestos se siguen vinculando al tiempo que han pasado en el vientre materno. Por eso es importante hacerlas cuando los bebés cuentan con pocos días de vida.
Es cierto que los primeros días tras la llegada de un bebé a casa pueden ser los más complicados por un sinfín de motivos: cansancio, emoción, estrés… pero para conseguir una buena sesión de fotos 'newborn' es fundamental respetar ese periodo de tiempo, porque los bebés cambian cada día. Incluso hay fotógrafos que aseguran que la sesión ha de realizarse entre el quinto día de vida y no más tarde del décimo. En esos días, el cuerpo del recién nacido cambia de manera visible, se vuelve menos flexible, su postura no es tan fetal y su sueño es menos largo y profundo.
No es que sea un problema, ni mucho menos, que los bebés crezcan, pero uno de los objetivos de este tipo de sesión es captar todos aquellos rasgos del recién nacido que nos recuerdan su reciente vida intrauterina. Es decir, su primera piel, las uñas finas, la postura plegada de manera natural, el pelo aterciopelado…
Así que si tienes claro que quieres unas fotos 'newborn' de tu bebé lo mejor es que las planifiques con antelación, aproximadamente unos tres meses antes de la fecha prevista para el parto. De esa manera te dará menos pereza hacerla, a pesar de estar en unos días complicados, y te asegurarás de ceñirte a los plazos ideales que recomiendan los fotógrafos. No esperes a tener a tu bebé en brazos para buscar un fotógrafo, porque es posible que llegado el momento sea lo último que se te pase por la cabeza. Todo esto, claro, si no hay ningún otro tipo de circunstancia excepcional que complique la realización de la sesión de fotos.
Puede que si echas un vistazo a algún catálogo de fotos de recién nacido te asalte la inquietud y temas que las posturas en las que colocan a los bebés para la sesión no sean seguras. Pero lo cierto es que sí lo son, completamente. Los fotógrafos son artistas capaces de realizar las más bellas composiciones a través del montaje, usando dos fotos para componer una, etc.
Ellos saben que la seguridad del bebé es lo más importante y no harán nada que no garantice su bienestar. En cualquier caso, tú estarás ahí para asegurarte que esas poses tan monas en las que aparecen en las fotos les resulten también cómodas. Vigila sus extremidades, coloca bien los deditos y presta especial atención a la cabeza. Si crees que una posición es algo forzada hay que procurar que el bebé se mantenga en ella el menor tiempo posible.
Es fundamental que siempre haya alguien cerca del bebé. Si el fotógrafo no cuenta con un asistente que lo haga (aunque es lo habitual), cuando tenga que alejarse para tomar las fotos, podéis estar cualquiera de los progenitores.
Aunque seguramente el tiempo que se tarda en fotografiar al bebé no sume más de una hora, la sesión completa puede durar hasta cuatro. El bebé es el encargado de marcar el ritmo, y en ese tiempo lo más normal es que necesite parar para comer, llore, se haga pis o caca, se despierte de repente, se estire… Si tienes un bebé muy dormilón de esos que no se despiertan por nada del mundo es posible que tardes menos tiempo en conseguir las fotos que buscas.
En cualquier caso lo mejor es armarse de paciencia. Va a ser un recuerdo precioso para toda la vida, pero es fundamental que el proceso también lo sea, que nos olvidemos de cualquier tipo de prisa o estrés, y mantengamos el bienestar del bebé por encima de todo.