Aspirina y heparina como prevención ante riesgo de aborto espontáneo: ¿cuándo lo recomienda el médico?

Los abortos de repetición son pérdidas gestacionales recurrentes que suelen afectar casi al cinco por ciento de las mujeres que se encuentran en edad fértil, siendo una de las mayores causas de infertilidad. Las razones por las cuales se producen pueden ser diversas y, por tanto, será muy importante realizar pruebas médicas para determinar qué es lo que está ocurriendo y por qué está sucediendo. Además, habrá que identificar el tratamiento a seguir para evitarlo.

“En el caso de los abortos recurrentes se recomiendan los medicamentos anticoagulantes como la heparina de bajo peso molecular o la aspirina, ya que pueden ayudar a las mujeres que padecen ciertas patologías”, apunta la ginecóloga África Rebollo.

La Sociedad Española de Fertilidad apunta que son abortos recurrentes aquellas pérdidas de tres o más gestaciones antes de la semana 20 de embarazo, con un feto menor de 500 gramos de peso. Eso sí, no existe un consenso claro sobre su definición ni unas pautas claras para acotarlo.

Esta complicación supone un fuerte golpe emocional para la mujer, pero, en caso de los abortos recurrentes, el dolor se acrecienta más aún si cabe. Así, a estas mujeres les suele invadir la tristeza, la rabia y el miedo. Según los expertos, la mujer que haya sufrido un aborto espontáneo tendrá un quince por ciento de posibilidades de volver a pasar por la misma situación. Este porcentaje aumentará hasta el 25 o el 30 por ciento en el caso de que se hayan producido dos o más abortos previos.

Lo cierto es que, alrededor del 40 o 50 por ciento de las veces, no se encuentra una causa que justifique estos abortos por repetición, pero, en otras ocasiones sí que se puede apuntar a unas causas claras. Por ejemplo, puede deberse a anomalías genéticas, como la edad materna o las alteraciones cromosómicas. Los abortos producidos por causas genéticas suelen ocurrir de manera temprana. También, estos abortos pueden darse debido a alteraciones anatómicas del útero, así como trombofilias o causas inmunológicas.

Los expertos señalan que, cuando se producen más de dos abortos, lo más normal será llevar a cabo un estudio. Este debe estar llevado por profesionales especializados que realizarán cariotipos del hombre y de la mujer, pruebas de imagen, análisis hormonales en la mujer y un estudio de trombofilias y enfermedades autoinmunes. Además, también se han mostrado las alteraciones en factores de coagulación como causa de abortos de repetición. Estas son las llamadas trombofilias y pueden ser de origen hereditario, como es el caso de algunas mutaciones.

Así, con un análisis de sangre y la interpretación del resultado, por parte de un especialista hematólogo, se puede proporcionar un fácil tratamiento con anticoagulantes, como puede ser la heparina y/o una dosis baja de aspirina. “En los abortos recurrentes si se plantea algún tratamiento es en pacientes con trombofilias para disminuir el riesgo de fallo de implantación. Hay estudios que apoyan el uso también en pacientes con pruebas de coagulación normales que tienen abortos de repetición y, también, en casos de fallos de implantación tras tratamientos de FIV”, aclara la Dra. África Rebollo.

Además, tal y como explica la ginecóloga, “el aborto espontáneo se asocia, en ocasiones, con trastornos de la coagulación que podrán alterar la circulación sanguínea en la placenta a partir del segundo semestre”. Por tanto, “la heparina de bajo peso molecular o la aspirina podrían ayudar a aquellas mujeres que padecen este tipo de patología”, apostilla la especialista. Pero, ¿qué efectos secundarios puede tener este tratamiento con heparina? “Se incluyen reacciones locales en el sitio de punción, dolor, picor e hinchazón. Además, no tiene porque haber un incremento significativo de complicaciones obstétricas”, apunta la Dra. África Rebollo.

Por tanto, como ya hemos visto, los abortos de repetición se podrán dar por distintos factores, como puede ser que se unan aquellos aspectos maternos y paternos, así como sus respectivos estilos de vida. Por eso, será muy importante corregir ciertos hábitos de vida, como el tabaco, el alcohol o los niveles vitamínicos, que ayudarán a evitar el aborto y que las gestaciones no lleguen a término.