La herpangina es una enfermedad muy común entre los más pequeños. Está causada por un virus y suele aparecer como pequeños puntos rojos en la zona posterior de la boca. Estos suelen transformarse en sacos llenos de líquido, que se explotan con rapidez y que dejan pequeñas úlceras. Eso sí, las úlceras podrán ser especialmente dolorosas y harán que el niño llegue a rechazar la comida e, incluso, el agua.
La enfermedad de mano-boca-pie también produce esos mismos puntos y úlceras. Ambas complicaciones están causadas por el mismo virus y, además, no existirá un tratamiento específico contra él. Estas enfermedades suelen desaparecer en, más o menos, unos diez días.
El virus que causa la herpangina suele aparecer en los meses de verano y a comienzos de la temporada de otoño y puede encontrarse en la saliva y en las heces. El niño que la padece será más contagioso durante esa primera semana de infección, aunque podrá contagiar durante varias semanas. El periodo de incubación del virus será de tres a seis días y, durante esos días, el niño podrá contagiar, pero sin mostrar ningún tipo de síntoma. Así, la enfermedad, en sus primeros momentos, podrá propagarse a través de los pulmones al toser y estornudar. El virus podrá sobrevivir sobre superficie y objetos, como juguetes.
Será de vital importancia prevenir el contagio. Para ello, habrá que limpiarse bien las manos una vez que se limpie la nariz del niño, al cambiarle el pañal, usar el baño o preparar la comida.
Este tipo de enfermedad tendrá unos primeros síntomas como fiebre, dolor de garganta y malestar general durante unos días. Además, los pequeños no querrán comer y podrán estar más irritables. Los niños más mayores podrán apuntar que tienen dolor de cabeza y garganta y falta de energía.
A pesar de que no hay ninguna vacuna ni ninguna forma de hacer que la enfermedad desaparezca sí que es cierto que no suelen presentarse otras complicaciones. Para la herpangina se recomendará un tratamiento de apoyo y, por tanto, habrá que mantener al pequeño hidratado y cómodo. Los antibióticos no serán efectivos contra los virus y no ayudarán a curar ni la herpangina ni el virus mano-boca-pie.
Como ya hemos comentado, será importantísimo prevenir la deshidratación. Para ello, habrá que ofrecerle al pequeño ciertas cantidades de líquido con cierta frecuencia. Además, los alimentos más frescos, como los helados o el puré de manzana, harán que se calme el dolor y que no se irriten las llagas.