Ictericia neonatal: síntomas, causas y tratamiento
La ictericia afecta a la mayoría de los neonatos al mostrar una tonalidad más amarillenta en la piel.
Será el médico quién nos explique la patalogía de esta coloración y el tratamiento a llevar.
Según la Asociación Española de Pediatría, la ictericia es la coloración amarillenta del bebé en sus primeros días y semanas de vida. Esto se debe al depósito de bilirrubina en la piel. Hiperbilirrubinemia es un concepto químico que indica la presencia de una cifra de bilirrubina mucho mayor a la normal. Clínicamente se observa en el recién nacido cuando la bilirrubinemia sobrepasa la cifra de 5 mg/dL. También se podrá notar si blanqueas la piel mediante la presión con el dedo, lo que pone de manifiesto el color real de la piel y del tejido subcutáneo.
La ictericia fisiológica y patológica
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La ictericia se observará, primero, en la zona de la cara y luego progresará hasta el cuello, el tronco y las extremidades. Además, esta progresión será útil para los médicos para valorar la evolución de la coloración amarillenta. La ictericia fisiológica suele ser muy normal en los recién nacidos y puede ser fugaz -la que aparece entre el segundo y el séptimo día-, leve y de predominio indirecto.
Esta será patológica cuando se inicie en las primeras 24 horas y se acompañe de otros síntomas. En estos casos será importante valorar los antecedentes maternos y familiares y el momento de inicio de la ictericia. Además, el tinte podrá estar presente en las lágrimas y en la saliva.
Otros síntomas
Otro síntoma será la inmadurez fisiológica del hígado, que procesa lentamente la bilirrubina, un producto de la degradación de los glóbulos rojos. Como ya hemos comentado, la ictericia neonatal será muy común, aunque existen otros tipos. La ictericia por baja ingesta puede presentarse cuando un bebé amamantado no ingiere suficiente leche por dificultades con la lactancia o porque todavía no le ha subido la leche a la madre.
La ictericia asociada a la leche materna
Por su parte, la ictericia asociada a la leche materna afecta a entre el 1 y el 2% de los bebés amamantados: está provocada por sustancias presentes en la leche materna que pueden hacer que aumente la concentración de bilirrubina al no poder excretarla el bebé a través de los intestinos.
Aparece entre el tercer y quinto día de vida y suele mejorar entre la tercera y la doceava semana. También, puede ser producida por incompatibilidad de grupo sanguíneo o RH. Si el bebé tiene un grupo sanguíneo distinto a la madre, es posible que esta produzca anticuerpos que destruyan los glóbulos rojos del pequeño, lo que provocará un aumento de bilirrubina en la sangre del bebé. Puede aparecer pronto, en el primer día de vida.
Cómo reducir la ictericia
Aún así, tenemos que tener en cuenta que los niveles de bilirrubina serán distintos según la edad del bebé y su edad gestacional. Además, cuanto mayor sea el bebé y mayor madurez gestacional haya habido, el riesgo de bilirrubina es menor. Entonces, ¿cómo se puede reducir el nivel ictericia? Alimentando al bebé al menos entre ocho y doce veces al día durante los primeros días. Al aumentar la ingesta, aumentarán las deposiciones y con ella se irá eliminando por esta vía. Tampoco será reabsorbida si permanece retenida en el intestino.
Si observamos que nuestro bebé presenta ictericia, lo mejor será acudir a un especialista, ya que la mayoría de veces es algo puntual y transitorio. Si se intensifica el color de piel del recién nacido o si está muy desganado o somnoliento deberemos acudir al pediatra lo antes posible. En general, es complicado saber el nivel de ictericia observando solamente al bebé. Por eso, si tiene la piel o los ojos amarillos deberá ser evaluado por un profesional. Para conocer los niveles de bilirrubina, el médico le extraerá una muestra de sangre para determinar su concentración. En función de estos parámetros, el pediatra procederá con el tratamiento.
Si la ictericia es leve o moderada, el bebé comenzará a regular por sí solo el exceso de bilirrubina en sangre a partir de la primera y la segunda de vida. Estos son los casos más habituales y el médico tendrá que seguir el caso, pero no suele ocasionar un mal mayor. En los casos de ictericia asociada a leche materna no hay que preocuparse, aunque también tendremos que seguir los consejos de los especialistas para que esta vaya desapareciendo. Cuando la ictericia es importante o no remite, es posible que el bebé necesite fototerapia: un tratamiento con una lámpara especial de luz que ayuda al organismo a eliminar el exceso de bilirrubina, favoreciendo su eliminación a través del hígado.
En el caso de que la bilirrubina esté en niveles muy altos es necesario hacer un recambio de la sangre con una técnica especial (exanguinotransfusión) para eliminar el exceso de bilirrubina y proporcionar así al bebé sangre limpia. En los casos de la ictericia patológica la evolución dependerá de la causa y del tratamiento instaurado. La fototerapia consistirá en una luz azul con una longitud de onda específica para descomponer la bilirrubina y facilitar su eliminación a través de la orina y las heces durante uno o dos días.