Los implantes anticonceptivos son una de las opciones que valoran muchas parejas a la hora de buscar no quedarse embarazados. Se trata de una de las alternativas a largo plazo y es una varilla plástica flexible del tamaño de una cerilla que se coloca debajo de la piel en la parte superior del brazo. Esta libera una dosis baja y regular de una hormona progestacional que engruesa la mucosa del cuello del útero con el fin de afinar el revestimiento del útero. Esto lo que hace es inhibir la ovulación.

Los implantes anticonceptivos proporcionan un control de la natalidad bastante eficaz, sobre todo, a largo plazo. Por tanto, nos podremos encontrar con distintos beneficios. Por ejemplo, se puede quitar en cualquier momento y la fertilidad regresará rápidamente. También, eliminarán la necesidad de interrumpir la actividad sexual para la anticoncepción y, además, no contiene estrógeno.

Eso sí, cabe destacar que no serán recomendables para todas las mujeres, ya que habrá algunos especialistas que no recetarán este tipo de anticonceptivos. Esto sucederá en caso de que haya alguna alergia a alguno de los componentes del implante, si se han tenido coágulos de sangre graves, si se han tenido tumores en le hígado o alguna enfermedad hepática y, también, si se presentan hemorragias genitales anormales.

Sí que es cierto que aunque el prospecto indica que no deben usarlo aquellas mujeres con antecedentes de coágulos de sangre, no está claro si el implante anticonceptivo tiene efectos sobre el riesgo de que se produzca esta complicación. Por eso, será muy importante que hables con tu especialista y que valore tu caso. Este revisará los factores de riesgo de coágulos de sangre, incluidos los antecedentes de coágulos de sangre en las piernas o algún diagnóstico anterior.

Será muy importante que informes a tu especialista en el caso de que hayas desarrollado, alguna vez, reacción alérgica a anestésicos o antisépticos. También, si sufres depresión, diabetes, alguna enfermedad de la vesícula biliar, una presión arterial alta, colesterol o convulsiones y epilepsia. El implante anticonceptivo no está contraindicado para mujeres con sobrepeso. Además, habrá ciertos medicamentos que podrán interferir con la eficacia del implante, como aquellos medicamentos contra las convulsiones, algunos sedantes y medicamentos para el tratamiento del VIH.

Cabe destacar que el implante anticonceptivo no protege contra las infecciones de trasmisión sexual. Además, en un año, menos de una de cada 100 mujeres que usan estos implantes se quedan embarazadas. Eso sí, hay más posibilidades de que el embarazo sea ectópico. Entre los efectos secundarios de su uso podemos encontrar el dolor abdominal, el aumento del riesgo de presentar quistes ováricos no cancerosos, cambios en el patrón de sangrado vaginal, disminución del deseo sexual, mareos, dolores de cabeza, leve resistencia a la insulina, cambios de humor y depresión, así como náuseas o malestar estomacal.

El procedimiento de implantación durará, más o menos, un minuto y se podrá realizar durante la consulta del profesional. Durante el procedimiento, lo mejor será que acuestes boca arriba con el brazo donde se colocará el implante, flexionando el codo y ubicado cerca de la cabeza. El profesional ubicará un surco entre los músculos bíceps y tríceps de la parte interna del brazo. Será allí donde se inyectará un anestésico y usará un aplicador para insertar el dispositivo por debajo de la piel.

Será común presentar algún grado de hematomas, dolor, cicatrización o sangrado en el lugar de la inserción. En el caso de que presentes bultos mamarios, sangrado vaginal abundante, signos o síntomas de coágulos de sangre, de ictericia, de infección en el lugar de inserción o signos o síntomas de embarazo en cualquier momento desde la inserción del implante anticonceptivo.

El implante podrá evitar el embarazo hasta tres años y se deberá retirar y reemplazar pasado ese tiempo. Es posible que el profesional de salud recomiende quitar el implante anticonceptivo se desarrollas migrañas, enfermedades cardiacas, presión arterial alta no controlada, ictericia y depresión importante.

Para retirar el anticonceptivo, el profesional inyectará un anestésico local en el brazo por debajo del implante. Luego, realizará una pequeña incisión en la piel y empujará el implante hacia este corte hasta que la punta sea visible y se puede retirar con la ayuda de un fórceps. Luego, se cerrará la incisión y se aplicará un vendaje de presión. Esto se realizará en menos de cinco minutos y de una forma sencilla.