Meconio: qué es y cómo afecta al bebé si lo produce en la tripa de mamá
La inhalación de meconio puede producirse antes o durante el parto.
No siempre tendrá consecuencias graves, pero los especialistas tendrán que monitorizar al bebé a la hora de dar a luz y prestarle especial atención.
Todos los padres y madres ven el parto como un momento especial pero también complicado y crucial; y es que, aunque no sea lo más frecuente, a veces, pueden surgir complicaciones. Una de ellas puede ser la aparición de meconio en el líquido amniótico, es decir, que el bebé haga su primera caca aún dentro de la tripa de mamá.
Uno de sus riesgos, denominado síndrome de aspiración meconial, es que el bebé pueda aspirarlo o tragarlo. Aunque lo más normal es que no sea grave, sí que hay ocasiones en los que se puede complicar. El síndrome se puede dar durante el parto o antes de este y se produce cuando el recién nacido aspira una mezcla de meconio -las primeras deposiciones del bebé- y líquido amniótico. Se trata de unas heces pegajosas, densas y de color verde oscuro.
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¿Qué pasa si el bebé inhala meconio?
El meconio puede obstruir de forma completa o parcial las vías respiratorias del bebé una vez que lo ha inhalado y se queda atrapado en sus paredes. Esto irritará las vías y dificultará la respiración. Si esto sucede, puede afectar al bebé de diversas formas incluyendo la irritación química del tejido pulmonar, la obstrucción de las vías respiratorias por el tapón de meconio, la infección, y la inactivación del tensioactivo (surfactante) por el meconio (el tensioactivo es una sustancia natural que ayuda a los pulmones a expandirse). Además, la gravedad del síndrome dependerá de la cantidad de meconio que se ha inhalado, así como del estado de salud del bebé y de las afecciones previas que pueda tener.
El meconio suele subir y bajar solamente por la tráquea cuando hay actividad respiratoria en el feto. Puede llegar a los pulmones cuando el bebé abre la boca en el vientre materno o en las primeras bocanadas de aire tras el parto y lo normal es que se elimine durante las fases de dilatación y expulsión del parto, pero, aún así, entre el 6 y el 25 por ciento de las gestantes tienen el líquido amniótico manchado de meconio.
De los bebés que expulsan el meconio durante el parto, entre el 2 y el 36 por ciento lo inhalan dentro del útero materno o bien en la primera respiración extrauterina. Por su parte, los que nacen con el líquido amniótico manchado de meconio, el 11 por ciento presentan algún grado de síndrome de aspiración.
¿Con qué está relacionado?
El síndrome de aspiración meconial suele estar relacionado con el sufrimiento fetal, que puede estar provocado por diversos problemas durante el embarazo, como las infecciones. También puede ser causado por complicaciones que surgen en el propio parto. Cuando un bebé experimenta sufrimiento fetal puede sufrir hipoxia, y esto provocarle un incremento de la actividad intestinal, así como una relajación del esfínter anal, que será lo que provocará que se expulse el meconio con el líquido amniótico. Aún así, en algunas ocasiones, bebés que no han sufrido complicaciones durante el embarazo, también expulsan meconio antes del parto.
Los factores de riesgo y los síntomas
Los factores de riesgo son diversos y suelen ser: un parto difícil, una edad gestacional avanzada, una madre que fuma o padece diabetes, hipertensión, enfermedad respiratoria o cardiovascular que sean crónicas. También, aquellos bebés que hayan sufrido complicaciones relacionadas con el cordón umbilical o que tengan escaso crecimiento intrauterino. Cabe destacar que el hecho de que el bebé sea prematuro no es un factor riesgo. Es más, este síntoma es muy poco frecuente en bebés de menos de 34 semanas de edad gestacional.
Al igual que los factores de riesgo, los síntomas también son diversos. Entre ellos se incluyen las manchas o vetas de color verde oscuro en el líquido amniótico, la piel azulada o verdosa en el recién nacido, los problemas respiratorios, la baja frecuencia cardíaca, la baja puntuación en la escala Apgar, así como flacidez y posmaduridad.
Si los especialistas creen que el bebé ha inhalado meconio, el tratamiento comenzará en el parto. El pediatra le introducirá un laringoscopio en la tráquea para extraerle cualquier resto. Lo más probable es que también le ausculte el pecho en busca de los sonidos típicos de bebés con meconio y solicite unas pruebas para determinar si el recién nacido está disfrutando de suficiente oxígeno.
Respecto a la prevención, si una mujer que ha roto aguas y el líquido es de color verde oscuro, es muy importante que avise a su médico. Los especialistas utilizarán la monitorización fetal durante el parto para observar la frecuencia cardíaca del bebé, por si este presentara signos de sufrimiento fetal. En algunos casos podrán recomendar la amnioinfusión, para eliminar el meconio del saco amniótico antes de que el bebé pueda inhalarlo durante el parto.