Durante los meses de gestación será muy importante ejercitarse de forma activa y correctamente. Uno de los deportes preferidos de las futuras mamás será la natación. Una opción perfecta para disfrutar de esos meses de embarazo y, a la vez, hacer ejercicio. El agua se convertirá en tu gran aliado para ayudar a mantenerte en forma y para que tu mente también esté en las condiciones más óptimas.
Durante el embarazo será normal que te sientas muy cansada y pesada. Por eso, dentro del agua será más fácil moverse, ya que solamente se percibe un diez por ciento del peso total. De esta manera, podrás trabajar, de forma correcta, todas las estructuras de tu cuerpo con movimientos más fluidos y armónicos. Además, no tendrás que hacer demasiada fuerza.
La natación también mejorará la circulación. La fuerza que ejerce el agua sobre el cuerpo, que es directamente proporcional a la profundidad en la que te encuentres, te ayudará a distribuir los líquidos del cuerpo facilitando la circulación y favoreciendo una mejor respiración. Además, te aportará cierto bienestar, ya que se convertirá en un hábito saludable de tu día a día y que te hará llegar al parto en buena forma, lo que beneficiará el desarrollo del bebé.
Además, el agua potenciará el vínculo y fomentará la empatía con el bebé, haciéndote experimentar increíbles sensaciones. Por eso, sumergirte te proporcionará la oportunidad de escuchar y de sentir tu propio cuerpo y el de tu bebé. De la misma forma, aumentará la confianza y te sentirás más fuerte y preparada para el parto.
El agua también podrá proporcionarte una parte más lúdica. Además, podrá llegar a aliviar muchas de las molestias, siempre que se adapte a las necesidades y a la edad gestacional. En el agua se trabajarán algunos músculos, los tendones, los ligamentos y los huesos de todas las estructuras que se impliquen en el deporte, de esta manera, te sentirás más activa, cómoda y confiada con tu cuerpo y podrá influir en tu buen humor.
Habrá situaciones en las que no será recomendable practicar natación. Por ejemplo, en aquellos casos en los que veas señales de parto: si se ha roto la bolsa de aguas, se ha expulsado el tapón mucoso o se tienen contracciones dolorosas. Tampoco lo será si existen patologías en el embarazo, es decir, si hay problemas cardiacos, hipertensión arterial o si la placenta está mal ubicada. En el caso de que tengas alguna duda sobre tu situación será importante que hables con un especialista.
Para meterte al agua tendrás que tener en cuenta que la piscina debe tener una profundidad y temperatura óptima. Además, habrá que utilizar un bañador apropiado y con el que estés cómoda. También, será de vital mantenerse bien hidratada y nutrida. El segundo trimestre será el mejor momento para empezar y la mejor hora será media mañana.