En cuestión de días se cumplirá un año desde que Ona Carbonell dio a luz a Kay, su primer hijo. Con los Juegos Olímpicos de Tokio retrasados por la pandemia, la capitana del equipo español de natación sincronizada vio en este tiempo extra una oportunidad para disfrutar de sus primeros meses como madre mientras se preparaba para este reto deportivo que dará comienzo este viernes 23 de julio en la capital nipona.
Sin embargo, "tener que escoger entre la conciliación familiar y participar en los Juegos" ha sido un dilema de tal calibre que se ha visto obligada a paralizar su proceso de lactancia materna y separarse de su bebé durante los más de 20 días que durará este compromiso profesional para el que lleva toda la vida preparándose.
Tanto ella como otras muchas atletas que se encuentran en su misma situación, con hijos lactantes o de corta edad, se pusieron en contacto con el Consejo Superior de Deportes, el Comité Olímpico Internacional y el español para hacer una petición formal que les ayudase a dar con una solución.
En un principio, su respuesta fue que tanto Kay como su chico Pablo Ibáñez podrían acompañarla. Pero las condiciones que propone el gobierno de Japón, responsable último de esta situación, son "incompatibles con rendir en los Juegos Olímpicos y que tu familia esté lo mejor posible".
Unas medidas "sumamente drásticas" que imposibilitan la opción de que Carbonell pudiese seguir con su lactancia desde Tokio ya que tanto Pablo como Kay estarían confinados en la habitación de un hotel lejano a la Villa Olímpica.
"Para ir a estar con Kay cada día, las veces que fuera, tendría que salir de mi burbuja e ir hasta allí, con lo que pondría en riesgo al equipo", ha razonado en un vídeo que se ha hecho viral y en el que trata de dar visibilidad a su "decepción" y "desilusión" mientras da de mamar al pequeño.
Además, el hecho de que su novio y el recién nacido tengan que estar casi un mes encerrados, sin contacto con el exterior, es algo que no ve "adecuado" en estos momentos. "Espero que con este vídeo ayudemos a normalizar algo que debería serlo pero que no lo es", ha manifestado con tristeza, asegurando que lo pasará mal por verse obligada a separarse físicamente de su hijo durante tanto tiempo y con la esperanza de que "cuando llegue pueda seguir la lactancia, siga teniendo leche y Kay se siga enganchando al pecho", algo que le está generando más de un quebradero de cabeza.
La dos veces medallista olímpica y en 23 ocasiones campeona del mundo en la disciplina de natación sincronizada, en la que en estos momentos es número uno a nivel nacional, tendrá que recurrir al sacaleches durante todo su paso por los Juegos Olímpicos de Tokio.
Su único deseo es que con esta denuncia pública por la que ha sido aplaudida de forma unánime es que se establezcan "las medidas necesarias para que la conciliación familiar y el deporte de élite durante una competición sea más fácil para todos".
Amigos y compañeros como Saul Craviotto, Samantha Vallejo-Nágera, Gemma Mengual, Sara Sálamo, Marc Márquez, Paz Vega, Judit Mascó, Helen Lindes o Ruth Lorenzo son solo algunos de los infinitos apoyos que ha recibido Ona Carbonell ante una situación que definen como "injusta".