Durante mucho tiempo se ha pensado que tras un parto por cesárea, los siguientes que pudieran acontecer ya iban a estar condicionados por esta intervención y se descartaba automáticamente el parto vaginal. Por suerte esto ya no es así y tras una cesárea nada asegura que el siguiente embarazo vaya a culminar de la misma manera.
Para saber de antemano cuántas posibilidades tienes de un parto vaginal después de cesárea (PVDC) debes consultarlo con el médico, para que evalúe tu caso concreto. Pero te adelantamos que más del 70% de mujeres que así lo desean pueden llevarlo a cabo, y el porcentaje aumenta hasta casi un 90% si hubo un parto vaginal previo a la cesárea.
Te contamos qué ventajas tiene el PVDC sobre la cesárea, aunque no siempre sea posible llevarlo a cabo. Para empezar, por supuesto, hay que contar con la voluntad de la madre y ,en ese caso, intentar que así ocurra.
España es un país líder en número de partos por cesárea al año, alcanzando cifras que llaman la atención (un 25% de los partos) ya se que duplica el porcentaje recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es del 10-15%.
Las cifras confirman que la mitad de los partos por cesárea que se realizan no son necesarios. Pero hay muchas ocasiones en las que la cesárea garantiza la salud de bebé, de la madre o de ambos.
Se practica una cesárea cuando la madre sufre alguna enfermedad grave, como cáncer de cuello uterino o cardiopatía compleja; si existe un tumor que obstruye el canal del parto; si hay rotura uterina, eclampsia o en caso de placenta previa. Estos son algunos de los supuestos en los que se descarta el parto vagina, al igual que si se ha intentado inducir sin éxito.
En otras ocasiones, se detecta durante el trabajo de parto sufrimiento fetal o el bebé viene de nalgas, y se realiza inmediatamente una cesárea.
Puede que un parto haya sido por cesárea, pero que en un siguiente embarazo no se den las mismas circunstancias que en el anterior y podamos intentar un parto vaginal, ya que implica beneficios importantes frente a la cesárea.
Para empezar, un parto vaginal no es una cirugía, por lo que se evitan las complicaciones que puedan derivar de esta. Por otro lado, la recuperación física es más rápida y el tiempo de hospitalización menor, lo que permite retomar la vida cotidiana antes que con una cesárea.
Acumular cesáreas implica un riesgo para la placenta, por lo que si te planteas tener más hijos es más seguro para ti que nazcan mediante un parto vaginal. Y aunque la cesárea es un método de parto muy seguro con un índice muy bajo de complicaciones, pueden producirse infecciones en el útero o el tracto urinario, hemorragias y daño en algún órgano vecino, como el intestino y la vejiga.
Lo esperable es que, si no existe ningún tipo de complicación, puedas tener un parto vaginal rutinario, en el que no afecte para nada que el anterior haya sido por cesárea. Pero esa será una información que debe constar y que tendrán presente los médicos que te atiendan, por lo que estarán muy pendientes de la frecuencia cardíaca del bebé en todo momento. Esto les permitirá actuar con rapidez si en algún momento fuera necesario interrumpir el parto vaginal y practicar una cesárea.
Aunque se recomiende siempre el parto vaginal, después de una cesárea puede implicar algún riesgo de gravedad aunque se produzcan pocos casos. Si antes de la cesárea ya tuviste un parto vaginal, es más fácil que en esta ocasión puedas repetir con éxito.
El riesgo principal de un PVDC es la rotura uterina, aunque se da en menos del 1% de los casos. Se produce cuando se abre la cicatriz que se produjo en la anterior cesárea y supone un riesgo importante para la vida de la madre y la del bebé. En muchos casos, es necesario extirpar el útero, lo que implica que la mujer no podrá volver a quedar embarazada. Por esta razón se descarta el PVDC cuando ya se han realizado otras cirugías anteriores en el útero, como la extirpación de fibromas.
Existen otros factores que pueden complicar un PVDC, como que hayas transcurrido menos de 18 meses desde la cesárea anterior, o que haya que inducir el parto. El PVDC se recomienda cuando anteriormente se ha producido una cesárea. Pero si has tenido más de dos, la mayoría de profesionales no lo recomiendan. De hecho, es menos peligroso acumular partos vaginales que partos por cesárea. Hasta hace no mucho la recomendación era que una mujer no tuviera más de tres cesáreas en su vida, y aunque ahora parece que se pueden realizar más con cierta seguridad, la mayoría de expertos no lo recomiendan.