Durante el embarazo se producen una infinidad de cambios, el más notable es el aumento de peso, debido a que el cuerpo cambia para albergar una nueva vida. Normalmente, tras dar a luz, el cuerpo vuelve a su estado anterior, pero, como cada mujer es un mundo, puede ser que algunas madres tarden más que otras en recuperar su forma física. Muchas mujeres piensan que con la lactancia materna volverán a tener su peso, ya que será el momento en el que el cuerpo se ponga en orden, pero no siempre es así.
Cuando se habla de lactancia materna, uno de los aspectos que suele mencionarse es que se recupera con más facilidad el peso habitual. Esto se produce debido al gasto de calorías que se produce por la lactancia, porque la grasa de la leche materna proviene de las grasas depositadas en la cadera y en las piernas de la mujer. Sin embargo, hay mujeres que engordan durante esta etapa.
Lo primero que habrá que tener en cuenta, para entender por qué sucede esto, es que la grasa que las mujeres acumulan en la cadena y en los muslos está destinada a formar parte de la leche materna. Además, solamente el hecho de producir leche hace que el cuerpo consuma más calorías. Por eso, muchas mujeres pensarán que adelgazarán con la lactancia materna y en la mayoría de casos suele ser así. Este elevado consumo de calorías, junto con una alimentación que no varíe en exceso con respecto a la que se llevaba antes del parto, hace que la mujer vaya perdiendo peso poco a poco.
Eso sí, como hemos comentado, no todos los casos serán iguales. Las causas de que algunas mujeres engorden durante la lactancia materna son diversas, pero las principales apuntan a una falta de descanso importante y a no seguir una dieta equilibrada.
No dormir lo necesario hará que tiendas a consumir más alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción rápida y esto supondrá un problema para el peso, ya que este tipo de hidratos engordarán más. Además, el hecho de no descansar bien será algo normal en los primeros meses del bebé y, por eso, una manera de engañar al cuerpo y a ese cansancio será consumir alimentos que aporten energía. Esto también puede provocar cierta ansiedad.
Dieta equilibrada
Sí que es cierto que la lactancia ayudará a adelgazar, pero las calorías que se pierden no se compensan a través de la alimentación. En el caso de que el hambre sea voraz y se esté muy cansada, se podrán ingerir alimentos hipercalóricos, lo que hará que no se adelgace, sino todo lo contrario, se engordará. Por eso, será recomendable realizar cinco comidas equilibradas al día, controlando el consumo de hidratos de absorción rápida y teniendo muy clara la recomendación de consumir cinco raciones diarias de frutas y verduras.
Habrá que tener en cuenta que en el periodo de lactancia no suele haber menstruación. Así, los niveles de estrógeno estarán bajísimos y habrá mujeres que retendrán más líquidos y sufrirán, de una manera más acusada, el enlentecimiento del metabolismo, que hará que cueste más deshacerse de los líquidos retenidos. Por todo ello será muy importante que se realice un análisis de sangre, ya que durante el embarazo se puede dar una situación de mal funcionamiento del equilibrio hormonal de la tiroides, que se denomina ‘tiroiditis postparto’ y que produce una inflamación de la glándula tiroides.
Esto puede ser transitorio o bien puede producirse un hipotiroidismo con sus síntomas asociados, entre los que podemos encontrar el cansancio, aumento de peso y depresión. La tiroiditis postparto suele solucionarse por sí sola a los 12 o 18 meses del parto, aunque en un 20 por ciento puede extenderse en el tiempo. Por eso, el embarazo podrá desequilibrar dicha glándula y hacer que la mujer padezca, de manera más importante, hipotiroidismo sin estar diagnosticado, medicado o controlado. También, a todos estos factores habrá que sumar la genética de la mujer que podrá influir en la forma de su cuerpo.