Primeras palabras del bebé: la etapa prelingüística, paso a paso
Aunque digamos que los bebés no hablan hasta cumplir un año aproximadamente, desde que nacen empiezan a expresarse y a comunicarse.
Te contamos cómo es la evolución de la etapa prelingüística para que puedas acompañar y estimular a tu bebé en ese periodo de tiempo.
Solemos prestar atención al momento en que los bebés comienzan a hablar, algo que ocurre más o menos en el primer año de vida, y solemos pasar por alto todo lo que ocurre en los meses previos, ya que damos por hecho que un bebé, sobre todo cuando es muy pequeño, no habla. Pero lo cierto es que esos primeros 10-12 meses de vida que transcurren hasta que escuchamos sus primeras palabras son de gran importancia en el proceso de adquisición de la lengua materna, y a lo largo de ellos el bebé atraviesa diferentes fases que le encaminan hacia el habla y que están llenas de significado y valor.
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A este tiempo previo al habla ya reconocible se le conoce con el nombre de etapa prelingüística, y en ella los expertos reconocen diferentes momentos que te conviene conocer, tanto para poder identificar cómo está intentando expresarse y comunicarse tu bebe, como para poder acompañarle y estimularle en el camino hacia lo que conocemos como habla, que es ya la etapa lingüística.
El llanto y el gorjeo (hasta los dos meses)
Somos seres comunicativos, y los bebés llegan a este mundo realizando su primer acto de comunicación, aunque no sean conscientes de ello, que consiste en el llanto, y que es su primera exteriorización sonora. Además, realiza otro tipo de vocalizaciones reflejas, que empiezan a entrenar su cuerpo para el acto de hablar.
Pero es en concreto el llanto lo que se considera ya una comunicación, porque a través de él el bebé puede comunicar que tiene frío, dolor, hambre o sueño. Y su llanto será diferente (aunque a veces no lo parezca) según le pase una cosa u otra, y dependiendo de la intensidad con la que le pase.
A partir del segundo mes es cuando empiezan las vocalizaciones espontáneas, que llamamos gorjeos, como el típico “ajo”. El bebé hace estos gorjeos no tanto para comunicarse como para comenzar a explorar su capacidad de emitir sonidos y de escucharlos reconociéndolos como propios.
Juego vocal (3-6 meses)
A partir de los 3 meses los sonidos dejan de ser aislados y el balbuceo empieza a ser constante y más claro. Ahora los sonidos ya no son solo exploratorios, sino que empieza a verse una voluntad de comunicación. Se repiten mucho los sonidos “ga” y “ge”, con los que el bebé juega, porque ya reconoce sus propios sonidos al emitirlos, y le gusta probar tanto la repetición como hacer sonidos diferentes.
Los sonidos son limitados, pero entra en juego la intención. De hecho, podemos distinguir con bastante claridad cuando el bebé quiere expresar alegría o cuando está protestando por algo. El gorjeo, por ejemplo, se vuelve continuo y suave cuando están entretenidos con algún tipo de juego o actividad.
No debemos separar de esta intención comunicativa su forma de reaccionar ante lo que ocurre a su alrededor, o cómo se mueve para intentar expresarse moviendo los brazos o pataleando. Observa lo que ocurre a su alrededor e intenta imitarlo, y eso es un paso de gigante en su camino hacia el habla.
Imitación de sonidos (6-10 meses)
En estos meses el bebé ya empieza a producir diferentes sonidos y en mayor cantidad. Comienza con las vocales y a ellas les empieza a añadir consonantes que repite sin cesar. Son sílabas que pronuncia una y otra vez, como ba-ba-ba, ma-ma-ma o pa-pa-pa. Por una lado intenta imitar y por otro comunicarse. Se nota un gran cambio a partir de los 7-8 meses, porque el bebé ya quiere entablecer comunicación y no se expresa solo para demandar algo o manifestar cómo está. La interactuación con el adulto entra en juego y las vocalizaciones comienzan a estar más próximas a la palabra.
Empieza a interesarse por los objetos y los señala, y aunque no es capaz de repetir cómo se llama cada caso, si hace algo muy importante, que es asociar los objetos con su nombre. Por eso a partir del octavo mes, podemos empezar a jugar a preguntarle dónde está la flor, o el perro o la pelota.
A partir de los 9 meses pueden comenzar las onomatopeyas. Es el momento de jugar a cómo hace el perro, el pato, el gato… Además, el bebé inventará sus propias onomatopeyas.
Comienzo de la etapa lingüística (10-12 meses)
Hay que aclarar que las estapas no comienzan de un día para otro, que son el resultado de un proceso evolutivo que varía en cada niño aunque se ajuste a unos patrones bastante claros. Por lo que tenemos que prestar más atención a acompañar a nuestro hijo a lo largo de este camino y ofrecerle estímulos que sean adecuados para él, que a tener prisa por quemar etapas y llegar cuanto antes al momento del habla propiamente dicha.
Sin que desaparezcan los sonidos de las etapas anteriores, entre los 10 y los 12 meses el niño empieza a ser consciente de que lo que dice tiene un significado y quiere empezar a hacer uso de esto. Es el momento de decir “no” o “adiós”, de reconocer órdenes sencillas y también su propio nombre.