Prueba del oído en el recién nacido: ¿Qué es y qué sucede si es negativa?
En los primeros años de vida será muy importante que los niños se realicen una prueba de audición, ya que, de esta manera, se podrá averiguar si hay algún problema.
Cuanto antes se diagnostique una pérdida de audición, mejor será para el niño y más rápido se podrá lidiar con la complicación.
En los primeros años de vida del niño, un aspecto importante que habrá que tener en cuenta será su audición, fundamental para su adecuado desarrollo social, emocional y cognitivo, ya que una pérdida leve de la audición podrá afectar a la capacidad del niño al hablar y entender el lenguaje. Eso sí, los problemas de audición serán tratables si se diagnostican a tiempo y antes de que el bebé cumpla los tres meses. Por tanto, será muy importante realizar diversos exámenes tempranos de la audición del pequeño, así como evaluaciones regulares. La pérdida de audición será una anomalía congénita, que puede afectar a uno y tres de cada mil bebés y serán diversos los factores que pueden llevar a dicha pérdida y, en la mayoría de ocasiones, no se suele encontrar el porqué.
¿Por qué se puede producir la pérdida de audición?
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Esta pérdida de audición se puede producir si el niño nació de forma prematura, permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), tuvo una alta concentración de bilirrubina y necesitó una transfusión o si recibió algún medicamento que tuviera esta posible adversidad. También, se puede deber a algún antecedente familiar con pérdida de audición infantil, una complicación en el parto, si tuvo infecciones frecuentes en los oídos y ha estado expuesto a sonidos muy fuertes, incluso por un tiempo muy limitados. Sí que es cierto que, en algunas ocasiones, esta pérdida de audición se debe a infecciones, traumas y niveles muy de ruido muy perjudiciales. Por ello, se suele manifestar el problema en etapas muy posteriores de la niñez. En la mayoría de los casos, se puede saber si se ha perdido la audición, con una simple prueba.
Será muy importante controlar la audición de los niños periódicamente mientras están creciendo. Lo primero que se tendrá que realizar será una prueba de audición antes del alta hospitalaria. Así, se intentará identificar a todos los niños recién nacidos con pérdida de audición permanente antes de que cumplan los tres años y darles los cuidados necesarios antes del medio año. Si la prueba no se realiza, o en el caso de que el bebé haya nacido en casa, será muy importante que se lleve a cabo durante los tres primeros meses de vida. Si esta prueba de audición no es satisfactoria será muy importante repetirla al cabo de tres meses, para poder proporcionarle el tratamiento más adecuado. Los niños que tengan una audición, aparentemente normal, deberán continuar con las evaluaciones de la audición de forma regular. No obstante, en caso del que el pequeño no tenga un desarrollo del habla normal o es difícil de entender lo que dice, lo mejor será que se acuda a un especialista.
La prueba de audición
Si la prueba de audición es satisfactoria, lo mejor será que se siga observando si los signos son normales, ya que el pequeño tendrá que alcanzar unos objetivos durante sus primeros meses de vida. Por ejemplo, la mayoría de los lactantes recién nacidos se sobresaltan o asustan ante los ruidos fuertes o repentinos. También, a los tres meses, un bebé suele reconocer la voz de sus padres. Cuando cumple el medio año, el pequeño tendrá que mirar o girar la cabeza hacia el lugar donde proviene un sonido y, es frecuente, que, a partir del año, el pequeño pueda imitar algunos sonidos y decir algunas palabras, como “mamá” o “agua”. A medida que el bebé crece hasta convertirse en un niño, los signos de pérdida de audición pueden incluir limitaciones en el habla, falta de atención frecuente, dificultad de aprendizaje, necesidad de subir el volumen de la televisión y falta de respuesta al nivel de ruido conversacional.
Tipos de pérdida de audición
Sí que es cierto que nos podemos encontrar con diversos tipos de pérdida de audición. Los lactantes y los niños pequeños suelen desarrollar esa pérdida debido a diversas infecciones en los oídos. Esta suele ser leve, transitoria y tratable con medicamentos y cirugía. La pérdida de audición neurosensorial se relaciona con la malformación, la disfunción o el daño en el oído interno y, en pocas ocasiones, se debe a problemas en la corteza auditiva del cerebro. La más común es la pérdida de audición coclear, que afecta a una parte determinada de la cóclea. Por lo general, sí que es cierto que puede ser hereditaria o causada por una serie de problemas médicos, aunque, a veces, su origen suele ser desconocido.
Esta pérdida de audición también puede ser progresiva, por lo que habrá que realizar pruebas de forma periódica. Para evaluar la audición, se pueden utilizar diversos métodos, en función de su edad, desarrollo y estado de salud. Las pruebas del comportamiento implican la observación cuidadosa de la respuesta conductual del niño a los sonidos, como el discurso calibrado y los tonos puros. También, se realizarán pruebas fisiológicas, como la prueba de respuesta auditiva evocada del tronco del encéfalo (ABR), prueba de respuesta auditiva de estado estable (ASSR), prueba de emisiones otoacústicas (OAE), timpanometría y la prueba de reflejo muscular del oído medio (MEMR).