Cuando los niños van creciendo van aprendiendo distintas habilidades que serán básicas para su futuro. Una de ellas es el control de los esfínteres. Se trata de un paso bastante complicado de dar y que habrá que dar con mucha seguridad. Para ello, lo mejor será que el niño cuente con el apoyo de sus padres, que tendrán que tener paciencia y deberán entender lo que está sucediendo. Debido a que es un cambio muy importante en su vida, habrá que hacerlo en el momento que consideremos oportuno y sabiendo que el niño está preparado.
Por eso, no será aconsejable hacerlo justo antes de que el pequeño lleve a cabo un cambio en su vida. Por ejemplo, si el niño comienza la escuela infantil o el colegio, lo más recomendable es que quites el pañal con unos meses de antelación. Así, te asegurarás de hacerlo de la forma más relajada posible y una vez empezadas las clases, tu hijo ya se habrá deshecho del pañal para siempre.
Sí que es cierto que habrá que tener especial cuidado y consideración con los momentos en los que al niño se les escape el pis o la caca. Es algo que puede suceder y más cuando empiezan el colegio o la guardería, ya que es normal que se pueda producir en ellos un retroceso de lo aprendido. En estos casos será muy importante ser especialmente comprensivos y hacerle entender que no pasa nada y que será algo pasajero. Si nos enfadamos o le culpamos, lo más posible será que no entienda lo que está sucediendo y que se avergüence.
Pero, ¿por qué se producen estos retrocesos en los niños? ¿Cómo se pueden gestionar?
En el desarrollo del niño existen una serie de habilidades básicas que será muy importante que aprendan. De esta manera podrán llegar a ser personas más autónomas. Una de estas habilidades es el control de esfínteres. A partir de los dos años y cuando llega el calor, muchos padres se preparan para que sus hijos digan ‘adiós’ al pañal, pero no siempre es fácil. Esta se considera una de las mejores épocas para dar el paso, ya que, normalmente, será antes de que empiecen la escuela. Además, al estar de vacaciones, los progenitores podrán prestar más atención al proceso y el pañal, con el sudor y el calor, será bastante incómodo, algo que puede ayudar a quitarlo.
En el caso del control de la caca es muy importante señalar que un retroceso no significará que se ha olvidado de todo lo aprendido, ni mucho menos, si no que será algo que tardará más en consolidarse y se podrá alargar, incluso, hasta los seis años. Por eso, es importante que no te confíes, en un primer momento, y que, a pesar de que pienses que tu hijo ha superado esta etapa, sigas estando pendiente. Además, no debes angustiarte si vuelve a suceder. Cabe destacar que no siempre hay una explicación para los retrocesos, simplemente son parte del proceso de aprendizaje. Eso sí, en la mayoría de los casos suele coincidir con que se está produciendo un acontecimiento importante o estresante en la vida del niño.
En el área personal, puede ser que para el pequeño no sea fácil vencer distintas situaciones. Es frecuente que tengan el deseo de querer ser mayores, después comiencen a darse cuenta que no estaban tan preparados como se creía y empiecen a ser más conscientes de las responsabilidades que implica crecer y cojan cierto miedo a ser autónomos. Por eso, es muy probable que prefieran volver, durante un tiempo, a una etapa en la que ellos se sentían más seguros.
También puede ser que el ámbito familiar les genere cierta inseguridad y angustia, sobre todo, si se altera su entorno tal y cómo lo conocen. A menudo, se suele infravalorar el impacto que puede tener en su vida distintas situaciones por el hecho de que todavía es pequeño, pero esto será muy importante tenerlo en cuenta para que comprender distintos conceptos abstractos como una muerte o un divorcio.
Estas pérdidas también se pueden producir cuando comienza o se traslada de colegio, si se cambia de profesora o de compañeros de clase. Estos cambios podrán generar cierto nerviosismo en el pequeño y puede convertirse en algo preocupante para él, debido a la ausencia de sus padres o si tiene una disciplina muy diferente a la que vive en casa.
Por su parte, en el ámbito social, los problemas más habituales son aquellos relacionados con sus amigos o peleas con algún compañero. Además, también suele influirles las comparaciones con el resto de compañeros o con sus propios hermanos.
Si vemos que estos escapes se producen deberemos seguir una serie de recomendaciones. Lo primero será no obsesionarse con el tema, tampoco te tendrás que dejar llevar por tus emociones ni utilizar el refuerzo negativo. Además, no deberás reforzar su inseguridad y si realmente crees que es un problema, agendar la visita al pediatra.