Salivación excesiva en el embarazo, un síntoma tan común como las náuseas y vómitos: así podrás aliviarla
La salivación excesiva será uno de los síntomas de embarazo, así como las náuseas y el malestar general.
Esta hipersalivación se produce por el cambio hormonal que se produce en la gestación y suele desaparecer con el paso del tiempo.
Se podrá mitigar siguiendo una serie de recomendaciones, como no hacer comidas copiosas o lavarse bien los dientes.
Durante el embarazo, se producen una infinidad de cambios en el cuerpo de la mujer. Uno de ellos es la salivación excesiva, un síntoma del que no se conoce bien cuál su causa, aunque parece estar relacionado con los cambios hormonales que se producen durante la gestación. Es un fenómeno cada vez más frecuente durante el embarazo y, en ocasiones, puede ser especialmente molesto.
La salivación abundante suele colocarse como uno de los síntomas más habituales junto con las náuseas o a loa vómitos y, por tanto, dependerán de los mismos procesos hormonales que causan los mismos síntomas. Eso sí, la saliva seguirá siendo cómo lo era justo antes del embarazo: transparente y sin olor. Si antes de quedarte embarazada sufres de alteraciones de las características normales de la saliva, lo más recomendable será consultar a un médico, ya que podría tratarse de algún trastorno bucal o gastrointestinal.
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Cuándo se produce la hipersalivación
La hipersalivación suele darse, sobre todo, en el primer trimestre de gestación, junto con las náuseas y los vómitos, como ya hemos comentado. Además, este inconveniente no suele conllevar ningún problema grave de salud. Algunas mujeres pueden llegar a experimentar este exceso de saliva durante toda la gestación y no solamente durante esos primeros meses. De este modo, se puede volver algo muy complicado de gestionar y que podrá afectar directamente a tu día a día.
Por qué se da esta complicación
Esta hipersalivación se volverá especialmente molesta durante la noche, cuando la acumulación de saliva en la boca dificulta descansar de forma correcta. Por tanto, será muy importante controlar este inconveniente, ya que será esencial descansar muy bien durante esos primeros meses de gestación. Como ya hemos comentado, las causas de esta complicación no están del todo claras. Aunque eso sí, los expertos explican que una de las causas principales es el hormonal, ya que durante el embarazo se produce un aumento de la hormona progesterona.
Esto hace que el cardias, la válvula que separa el esófago del estómago, se relaje, provocando la expulsión de contenido gástrico, el llamado reflujo gastroesofágico. También, en ocasiones, puede tratarse de una falsa sensación y no está claro que se produzca más saliva, sino que debido a las náuseas se evita tragar y, por eso, parece que hay más saliva. Además, se suele relacionar con la acidez, algo que es muy frecuente en el embarazo. Así, la composición de la saliva neutraliza los jugos gástricos, por eso el cuerpo fabrica más en estas situaciones.
Al vomitar se suele producir más saliva y esta producción también puede producirse por proteger la boca de infecciones bacterianas. Otra causa pueden ser aquellas alimentos y productos irritantes, como el humo, que puede causar un aumento en la salivación, así como las caries y otras infecciones orales. Eso sí, una esperanza que pueden tener las mujeres embarazadas que sufran de este problema es que se puede evitar y que desaparece con el transcurso del embarazo. Será en ese momento cuando la cantidad de saliva segregada comienza a regularse.
Cómo hacer que desaparezca
Lo cierto es que poco se puede hacer para acabar con la hipersalivación, pero sí que existe una serie de remedios que pueden aliviarlo. En el caso de que tengas náuseas o vómitos, lo mejor será que busques una solución para estos, como comer pequeñas comidas más frecuentemente y tomar jengibre, limón o galletas saladas. En el caso de que padezcas acidez, lo mejor será evitar alimentos que pueden provocarla, así como las comidas copiosas y, también, tumbarte inmediatamente después de comer.
Otra recomendación será la de masticar mucho y muy bien, ya que resultará más fácil tragar la saliva acumulada. También, será muy importante beber mucha agua, especialmente si vomitas o tienes que escupir a menudo. De esta forma, evitarás deshidratarte y tampoco se aconsejará no beber líquidos a primera hora de la mañana o con el estómago vacío. No estará aconsejado que te tumbes directamente después de comer, evitar comer dulces y, además, será muy importante cepillarte bien los dientes.