Sara Sálamo, tras contar que no lleva a su hijo a la escuela: "Es obvio que hablo desde un lugar de privilegio"
Sara Sálamo ha abierto un debate tras admitir que su hijo de dos años no va a la escuela por lo mal que lo pasó el primer día
Unas declaraciones por las que ha sido duramente criticado y sobre las que se ha justificado
"No pienso que validar los sentimientos de mis hijos les convertirá en unos malcriados", ha reivindicado
Hace 24 horas, Sara Sálamo abría un debate en torno a la crianza. Lo hacía a raíz de un post compartido por Paola Roig, psicoterapeuta y experta en la maternidad feminista, en el que reivindicaba que "dejar a nuestras criaturas llorando el primer día de la escuela no es normal". Sustituía el concepto de "adaptación" por el de "violencia hacia unos niños de uno, dos y tres años" que se ven solos, sin sus padres, "en un lugar que no conocen, con personas a las que no conocen de nada". Y han sido tantísimos los comentarios que la actriz ha recibido por este apoyo público que no le ha quedado otra que explicarse y contar su experiencia.
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"Mi hijo de dos años sigue sin ir a la escuela porque se dio esta situación y para mí era insostenible que pasara por algo así", manifestó. Con esta frase, la intérprete trataba de poner el foco en el "sistema", no en aquellos que hacen lo contrario, en esa dinámica que hace que "la conciliación siga siendo una utopía" y que no nos permite cuestionarnos nuestras costumbres más arraigadas y ver que "no todo lo establecido es lo bueno". Pero no fue suficiente.
Ni niños "malcriados" ni "no pasa nada" cuando se caen
Frases como "es una suerte que la mayoría de la gente no puede permitirse", "para seguir trabajando necesitamos la escuela" o "hay que tener más paciencia" se repetían por minutos en su feed de Instagram. Un motivo más para posicionarse con mayor rotundidad sobre su discurso y, con otro tono, intentar divulgar.
Es una obviedad que hablo desde un lugar de privilegio. Soy una mujer blanca, heterosexual y europea que puedo llevar a mis hijos conmigo al trabajo o contratar a alguien para que cuide de ellos en casa
A través de otra publicación redactada a modo de carta a su hijo de dos años, Sara Sálamo ha asumido no estar "preparada para desaparecer de tu vista y que pases una, dos o seis horas llorando esperando a ver si vuelvo". Por ello no critica "a las familias que se ven sometidas a tener que hacerlo", pero sí propone buscar "otra alternativa" para coger "la seguridad necesaria".
Esto, contestando así a muchos comentarios que iban en esta línea, tampoco conlleva que esté convirtiendo a sus hijos "en unos malcriados". "No soy de las que cuando se caen les digo 'no pasa nada, tú eres muy fuerte'. Sino les ofrezco mi ayuda y les abrazo", ha defendio.
La posición de Sara Sálamo e Isco Alarcón para tomar esta decisión
Adelantándose a las respuestas a esta publicación, Sálamo ha admitido que este discurso lo refrenda "desde un lugar de privilegio". "Es una obviedad, soy una mujer blanca, heterosexual y europea que puedo llevar a mis hijos conmigo al trabajo o contratar a alguien para que cuide de ellos en casa", ha apuntado. Pero por eso mismo, porque puede "denunciar que las cosas no están bien hechas", ha utilizado el altavoz que le da Instagram.
A pesar de la controversia que han traido sus declaraciones, Sara parece estar segura de que "ningún padre o ninguna madre se siente cómoda dejando a sus hijos en manos de una maestra (desconocida totalmente por nosotros y nuestros bebés) cuando llora de forma desconsolada". Con un apunte: este manifiesto no aporta ninguna solución, lo que busca es generar debate por una cuestión de "responsabilidad".