Tania Llasera se define como una mujer “creadora y madre”. A través de sus redes sociales, donde alcanza más de setecientos mil seguidores, intenta dar visibilidad a “lo normal, lo real y lo que hay”. Más allá de las tallas, el aspecto físico y su trabajo como comunicadora, la presentadora también se ha convertido en un referente por hablar abiertamente de la cara menos bonita de la maternidad, esa en la que en ocasiones “ser mamá consume”. “A veces te sientes una máquina de reñir”, ha explicado en su último post de Instagram.
Tania Llasera tiene dos hijos, Pepe y Lucía, que tiene cinco y cuatro años respectivamente. La más pequeña, a la que cariñosamente llama ‘Lulú’, ha salido a ella, una “maldición” que auguraron su madre y su abuela tiempo atrás. “Ojalá tengas una como tú, para que sepas lo que es”, le decían. “Y es incluso peor, con cuatro años y ya no puedo con ella”, ha confesado públicamente.
La presentadora ha reflexionado sobre esa parte de la maternidad en la que la mujer se “cansa” de ser “el poli malo”. “Qué reiterativo es ser mamá, a veces te sientes una máquina de reñir”, aseguraba. Tania, que mantiene una cercana y estupenda relación con su madre, ha recurrido a ella para confesarle lo complicado que en ocasiones es ser madre: “Ella me ha dicho en inglés: ‘Sometimes, you are the bitch you need yo be as a mother’, que traducido es ‘A veces eres la hija de puta que necesitas ser como madre’”. Una respuesta que le ha tranquilizado y le ha permitido darse cuenta de que no es “mala madre”, tan solo es “lo que necesito ser en cada momento”.
Esta reflexión sobre la maternidad estaba ilustrada con una fotografía de su hija Lucía vestida de princesa en el salón de su casa. Pero de espaldas, sin mostrar su rostro. Los primeros años de su maternidad, ver a los hijos de la presentadora en Instagram era algo habitual, pero aquello cambió radicalmente cuando Tania tuvo que enfrentarse a una situación difícil públicamente.
Hace un tiempo, la escritora paseaba con su hijo mayor por la calle cuando una persona anónima lo reconoció y lo llamó por su nombre. “El niño se asustó porque no comprendía nada”, explicó hace poco en el podcast El Club de Malasmadres. Fue a raíz de aquel encontronazo cuando su pareja y padre de sus hijos, Gonzalo Villar, le pidió que respetase su anonimato. “Como también son mis hijos, prefiero que no les enseñes. Hay que protegerlos, no vaya a ser que les pase algo”, pidió.
Esta decisión, que sigue respectando actualmente, le ha supuesto algún que otro quebradero de cabeza. Hace tan solo unos meses, en plena pandemia, la presentadora confesó que ella quería enseñar al mundo a sus hijos pero tenía miedo. “Qué difícil es ser padre con la tentación de las redes sociales. Quieres compartir cosas buenas y amor, y has de editar tu vida para que no aparezcan ellos. Minimizar algo tan maxi en tu vida. Qué difícil me parece. Ellos serán nativos digitales, pero que no puedan echarnos nada en cara será difícil. Espero hacerlo bien”, confesaba abiertamente.