Durante el embarazo nuestro cuerpo pasa una serie de cambios y sensaciones. Por eso, en muchas ocasiones, es normal que no sepamos qué está sucediendo o que nos entren dudas. Lo mismo sucede con el tapón mucoso, una secreción que se ubica en el canal cervical y que, durante el embarazo, mantiene sellado el cuello del útero, construyendo una barrera físico-química e inmunológica. Suele formarse durante la semana siete de embarazo y su función será importantísima durante los meses de gestación, ya que protegerá de la entrada de gérmenes y de otros agentes que puedan ser perjudiciales para el feto y la madre.
El tapón mucoso está compuesto por las células del epitelio del cuello uterino de la gestante y perderlo puede ser señal de que el parto ya es inminente o que, incluso, todavía pueden faltar un par de semanas. Eso sí, no siempre tiene que ser un indicativo de que la bienvenida del bebé está cerca, pero sí viene acompañado de otros síntomas, sí que podrá significar que el parto se producirá pronto. El tapón es de una consistencia similar a la de un gel, con un 90 por ciento de agua y el resto de glucoproteínas, que le proporcionan esa textura mucosa tan característica. Esta sustancia suele ser de color transparente, amarillento o marrón y, a veces, si está teñido de sangre, suele tener un tono rosáceo o rojizo.
Cuando el embarazo está a término es cuando se suele expulsar el tapón mucoso y, por eso, el parto se podrá producir en las próximas horas o días. Algunas mujeres no notan que lo han expulsado, pero otras se dan cuenta enseguida. Por eso, muchas de ellas se preocuparán por el estado de su bebé y decidirán acudir a un especialista para que les confirme que el embarazo está saliendo según lo planeado. Lo más probable es que el médico observe el estado del cuello del útero y vea si la madre está sufriendo otros síntomas, como contracciones. En ese caso, la mujer se quedará hospitalizada porque ya estará preparada para dar a luz. Esta expulsión se producirá porque el útero comienza a dilatarse al aproximarse al momento del parto.
La mujer notará una pequeña cantidad de un líquido viscoso, mucoso y espeso. Además, el tapón podrá perderse de una vez o ir haciéndolo poco a poco durante unos días. Esto se produce debido a la rotura de capilares que se produce con el borramiento o la dilatación del cuello del útero. Además, el tapón mucoso podrá perderse de forma natural o a raíz de mantener relaciones sexuales o un tacto vaginal. Estos podrán provocar un flujo sanguinolento, incluso si el parto no va a empezar en los días próximos. Por eso, lo más recomendable es mantener la calma y no acudir al hospital a no ser que se haya contracciones o se ha producido la rotura de aguas. En cualquier caso, habrá que estar pendiente si se producen pérdidas muy grandes de sangre, ya que en ese caso habrá que contactar con un ginecólogo para determinar la causa y saber si estamos sufriendo alguna complicación.
Una vez que has perdido el tapón mucoso, pero no estás de parto, lo más recomendable será hablar con un especialista para que te comente si es conveniente evitar las relaciones sexuales y los baños, ya que podrás estar más expuesta a las complicaciones exteriores. Además, la expulsión precoz del tapón mucoso antes de llegar a término será un síntoma de parto inmaduro o pretérmino y podría deberse a cérvix incompetente. Como ya hemos comentado, la pérdida del tapón no siempre se debe a que el parto es inminente. Algunas mujeres podrán comenzar el trabajo de parto en cuestión de horas o días, mientras que otras tendrán que esperar unas cuantas semanas.
Eso sí, cuando el parto es inminente es normal que se produzcan algunos síntomas, como, por ejemplo, la rotura de aguas. Se produce cuando el saco amniótico que rodea al bebé se rasga y libera un líquido. Este puede liberarse rápidamente y de forma abrupta o mediante un goteo lento y acuoso. Una vez que se produce la rotura de bolsa, lo más común es que empieces a sentir las contracciones, que se harán más fuertes y duraderas a medida que el cuello uterino se dilata y se ablanda. También, si se está de parto comenzarás a notar unas contracciones fuertes, que te indicarán que ya es hora de acudir al hospital.