Toxoplasmosis, la enemiga de las embarazadas: cómo evitar un posible contagio
La toxoplasmosis es un parásito del que te puedes contagiar, por ejemplo, por las heces de los gatos o al consumir carne cruda o poco hecha.
Si tienes un sistema inmunológico fuerte no tiene porque darte complicaciones, pero hay que saber que también puede provocar enfermedades graves.
Cuando estamos embarazadas debemos tomar toda clase de precauciones. Habrá alimentos que no serán recomendados consumir en esta etapa o que estarán directamente prohibidos, ya que correremos el riesgo de contraer enfermedades realmente graves, como es el caso de la toxoplasmosis.
Esta enfermedad se produce por el parásito Toxoplasma gondii, uno de los más comunes en el mundo. La infección se suele contraer al consumir carne contaminada mal cocinada o exponerse a heces de gatos infectadas. El problema principal es que si la madre se contagia durante el embarazo puede infectar también al feto. Respecto a sus síntomas, son complicados de identificar ya que los infectados no suelen presentar ningún signo.
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En los bebés nacidos de madres infectadas y las personas con el sistema inmunitario debilitado, la toxoplasmosis puede provocar complicaciones graves. Si gozas de un buen estado de salud, no estás embarazada y te diagnostican la enfermedad, lo más probable será que solo necesites un tratamiento conservador. Si, por el contrario, estás en estado y tienes el sistema inmunológico debilitado es posible que necesites un tratamiento médico para mejorar tu situación. Sin embargo, lo mejor será la prevención.
Los síntomas
Como ya hemos comentado, la mayoría de personas que tienen salud y están infectadas de toxoplasmosis no presentan ningún síntoma. Por tanto, no saben que están infectados. Sin embargo, sí que hay pacientes que presentan signos y síntomas como dolor generalizado, ganglios linfáticos inflamados, dolor de cabeza, fiebre y fatiga. Si, además, tienes VIH o sida, te sometes a quimioterapia, te han realizado un trasplante de órganos, tienes que tener en cuenta que la infección por toxoplasmosis se puede reactivar. En este caso, será posible que presentes diversos síntomas de consideración: dolor de cabeza, confusión, convulsiones, problemas de coordinación y pulmonares y visión borrosa.
Si la primera vez que tienes este tipo de infección es durante el embarazo debes saber que puedes contagiarle la toxoplasmosis al bebé, incluso si no presentas ningún síntoma. Además, tendrá más posibilidades de contagiarse durante el tercer trimestre de embarazo y un menor riesgo durante el primero. Cuanto antes ocurra la infección durante el embarazo, menor será el riesgo. En los peores casos, puede causar muerte fetal o aborto espontáneo. Los bebés que nazcan, probablemente lo hagan con problemas graves como convulsiones, agrandamiento del hígado o del bazo, color amarillento en la piel o infecciones oculares graves.
Cómo se contrae la toxoplasmosis
Pero entonces, ¿cuándo podré contraer toxoplasmosis? Si entras en contacto con heces de gato que contengan este parásito debes tener especial cuidado ya que puedes ingerirlas accidentalmente si te tocas la cara y la boca después de hacer labores de jardinería o tocar cualquier objeto que haya entrado en contacto con las heces infectadas. Los gatos que cazan o que se alimentan de carne cruda son los que tienen más posibilidades de tener el parásito.
También te podrías infectar si consumes agua o alimentos contaminados como la carne de cordero, de cerdo y venado. En ocasiones, los alimentos sin pasteurizar también pueden contener el T. gondii. Podrás contagiarte, además, si utilizas cuchillos, tablas de cortar u otros utensilios que estén contaminados.
Además, tendrás que evitar comer frutas y vegetales sin lavar. El parásito puede estar presente en su superficie, por ello, tendrás que lavar a fondo y pelar todas las frutas y vegetales, especialmente aquellos que comas crudos. Cuando una persona se infecta, el parásito comienza a formar quistes que pueden afectar a distintas partes del cuerpo como el cerebro o el tejido muscular de cualquier órgano, incluso el corazón. Si gozas de un buen estado de salud, el sistema inmunológico mantendrá a raya a los parásitos.
Los grupos de riesgo
Las personas que tendrán más posibilidades de infectarse serán aquellas que tienen VIH o sida, si se están sometiendo a quimioterapia o si toman esteroides u otros medicamentos inmunodepresores. Si tu sistema inmunitario está debilitado, especialmente a causa del VIH o el sida, la toxoplasmosis puede provocar convulsiones y enfermedades que pueden poner en riesgo la vida de los pacientes. Por ello, habrá que llevar a cabo una serie de acciones para prevenir la infección.
Cómo se previene el contagio
Habrá que usar guantes en el jardín y cuando tocas la tierra, tampoco deberás comer carne cruda o poco cocinada, dejando de lado el jamón o cualquier otro embutido. Además, tendrás que lavar minuciosamente todos los utensilios de la cocina, así como la fruta y los vegetales. Tampoco tendrás que tomar leche o quesos sin pasteurizar, ya que pueden contener parásitos que te provocarán la toxoplasmosis.
En el caso de que estés embarazada o tengas riesgo de sufrir toxoplasmosis y tengas un gato en casa tendrás que tomar ciertas medidas. Tendrás que tener a tu gato saludable, alimentándolo de comida seca o enlatada y evitar darle carne cruda. Además, lo mejor será que te mantengas alejada de gatos callejeros, aunque la mayoría no suelen presentar el parásito, los análisis para certificarlo pueden tardar meses. También estará bien si pides a otra persona que te ayude con la limpieza de la caja de tu gato. Si no es posible, utiliza guantes y mascarilla y, luego, lávate bien las manos.