Parece que, durante el embarazo, todas las pruebas a las que nos enfrentamos nos producen cierta duda o inseguridad. Muchas veces nos preguntamos si será buena para el bebé, si podrá afectarle de alguna manera o si podrá dañar a la madre. Por ello, antes de someterse a cualquiera de ellas habrá que informarse adecuadamente y, sobre todo, hacerle todas las consultas a tu ginecólogo.
Una de las pruebas que más dudas produce es el triple screening. Se trata de un cribado que se le realiza a la madre durante el embarazo para saber si el feto presenta alguna alteración genética. Es una prueba no invasiva, por lo que supone un riesgo muy bajo para la madre y el feto, ya que se realiza a partir de una muestra de sangre. Por tanto, el triple screening lo que hace es medir el índice de riesgo de que el feto presente determinadas alteraciones cromosómicas, como la Trisomía 21, Síndrome de Down, Trisomía 18 o Síndrome de Edwards.
Aún así, hay que resaltar que no se trata de un diagnóstico, por lo que la prueba no es del todo concluyente. Pero, ¿cómo se consiguen los resultados de la prueba? Pues bien, la valoración se obtiene a través de tres marcadores bioquímicos que están presentes en la sangre de la mujer gestante: el PAPP-A (alfa-fetoproteína, producida por el feto), el beta-HCG libre (gonadotropina coriónica humana u hormona de embarazo, producida por la placenta), y el estriol libre (estrógeno producido por el feto y la placenta).
Estos valores se comparan con los datos que se obtienen del pliegue nucal del feto y se ponderan según la edad de la madre, su raza, el peso, si padece diabetes y un largo etcétera. Finalmente, se llega a un algoritmo de control, que es el que mide las posibilidades de que el feto presente alguna anomalía. Dependiendo de los resultados, el especialista valorará realizar pruebas más precisas como la amniocentesis o una biopsia corial.
Aún así, hay que señalar que esta prueba detecta, en mujeres menores de 35 años, entre el 75% y el 85% de las alteraciones en el tubo neural, así como el 60% de casos de Síndrome de Down. En mujeres mayores de 35 años, detecta el 75% de las anomalías del tubo neural y de los casos de Síndrome de Down. También, el triple screening servirá para saber si se trata de un embarazo múltiple.
Esta prueba se puede realizar a todas las mujeres que están en periodo de gestación. Aunque el cribado se realiza en aquellas mujeres con bajo riesgo de ser portadoras de un feto con alguna anomalía. También, se realiza a aquellas con factores de riesgo altos como: mayores de 35 años, con antecedente de embarazos previos con alguna anomalía cromosómica, mujeres con antecedentes de Síndrome de Down en la familia, aquellas que hayan tenido abortos de repetición, quienes hayan tenido hijos con malformaciones congénitas sin causa establecida y aquellas mujeres que estén o hayan estado expuestas a una radiación ionizante.
El triple screening se realiza durante el primer trimestre de embarazo; entre la semana 10 y la 13 de gestación. Tiene una sensibilidad diagnóstica entre el 86% y el 90% de aciertos. También, se puede realizar entre las semanas 15 y la 18. Es más, se puede realizar hasta en la semana 20, aunque la sensibilidad diagnóstica es mucho menor.
Por tanto, lo que hay que tener en cuenta de la prueba es que se realiza durante el primer trimestre de embarazo. En este caso, el posible riesgo se obtiene combinando tres indicadores: PAPP-A, beta-HCG libre, que están presentes en la sangre de la madre y la TN, que se obtiene mediante una ecografía. Si la prueba se realiza durante el segundo trimestre de embarazo se tendrá que combinar la AFP, HCG libre y el estriol libre.
También hay que saber que, dependiendo del laboratorio, así se presentarán los resultados de la prueba. Pero siempre aparecerán tres parámetros: los datos demográficos -edad de la madre, peso, si es fumadora o si padece diabetes gestacional-, bioquímicos -valores de los marcadores bioquímicos analizados en sangre- y ecográficos -la fecha cuando se hizo la ecografía, la edad gestacional, la medición de la traslucencia nucal y de la longitud fetal-.
Los valores que aparecen reflejados en los resultados de la prueba se expresan en MoM. Además, se consideran valores normales los que se sitúan entre el 0,5 y 2,5 MoM. El valor normal de los distintos marcadores es de 1 MoM, por lo que cuanto más diste el resultado de este parámetro, peor será el resultado. Por tanto, será sospechoso cuando los valores sean: TN, mayor a 1,8 o 2; PAPP-A, menor a 0,4; Beta hCG o hCG, menor a 0,4 o mayor de 2,5; AFP, menor a 0,4 o mayor de 2,5; uE3, menor a 0,5 e Inhibina A, mayor a 2,5.
Aún así, sí que será recomendable realizar otras pruebas más invasivas como la amniocentesis o la biopsia corial, siempre y cuando los valores de los resultados sean preocupantes.