Fuera dudas: calendario y objetivos de las vacunas infantiles
Las vacunas son fundamentales para evitar distintas enfermedades como la meningitis, la gripe o la varicela.
El calendario de vacunación es distinto en cada comunidad autónoma
La actividad vacunadora en España comenzó hace muchos años, más concretamente en 1800, con el caso de la viruela. Sin embargo, la obligatoriedad de la misma no comenzó hasta mediados del siglo XIX. En 1944 se define la obligatoriedad de vacunación frente a la difteria y a la viruela y cinco años más tarde, se consiguió erradicarla. En 1968 se llevó a cabo una campaña frente al sarampión en once comunidades autónomas de nuestro país y en 1973 se establece el "Plan de vacunación continuada de la población infantil de Barcelona". Este fue el precedente al calendario nacional que se implantó dos años más tarde.
Fruto del éxito de todas estas campañas, se constató la necesidad de disponer de un calendario sistemático de vacunaciones. Desde 1975 hasta ahora, la Asociación Española de Pediatría, por medio de su Comité Asesor de Vacunas, se ha mostrado muy conforme con los cambios recordados. Aún así, hay desacuerdos, como, por ejemplo, no aconsejar la TDPA y el meningococo tetravalente a los 12 meses, ni la introducción de la vacuna frente al rotavirus, ni la vacuna frente al meningococo B (4CMenB), ni la vacuna frente al papilomavirus humano en varones.
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Para qué sirve cada vacuna
La vacuna contra la poliomielitis protegerá a tus hijos de una enfermedad potencialmente grave, que puede provocar la parálisis de por vida y, también, puede ser mortal. Los médicos recomiendan que los bebés reciban cuatro dosis de la vacuna para que se obtenga una mejor protección. Por ello necesitará una dosis con dos meses, cuatro, once y seis años. Cabe destacar que la vacuna contra la poliomielitis es muy segura y eficaz contra la enfermedad. Además, la mayoría de los niños no suelen tener efectos secundarios tras las dosis.
El tétanos, la difteria y la tos ferina pueden ser enfermedades muy preocupantes. El tétanos causa tensión y rigidez dolorosa en los músculos de todo el cuerpo. Por su parte, con la difteria se tendrán problemas para respirar, así como parálisis, insuficiencia cardíaca y puede causar hasta la muerte. La tos ferina causa accesos de tos severos que pueden producir dificultad para respirar, vómitos y alteraciones del sueño. También puede provocar pérdida de peso, incontinencia y fractura de costillas.
La Haemophilus influenzae tipo B puede causar infecciones en distintas partes del cuerpo, como el cerebro y los pulmones. Además, puede generar complicaciones graves y, en algunos casos, hasta provocar la muerte. Esta enfermedad está generada por una bacteria y suele afectar a los niños menores de cinco años. Algunas personas pueden contagiarse, pero no mostrar sus efectos por lo que serán los llamados ‘portadores’.
El sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) son enfermedades producidas por un virus que pueden tener consecuencias fatales. El sarampión provoca síntomas que pueden incluir fiebre, tos, secreciones nasales, ojos rojos y llorosos, así como sarpullidos. Por su parte, las paperas pueden causar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y, en los peores casos, sordera, hinchazón de la membrana que cubre el cerebro o la médula espinal. La rubeola puede causar artritis en hasta la mitad de las mujeres adolescentes y adultas.
Una infección por Hepatitis B podría causar una hepatocarcinoma, una forma de cáncer de hígado. Por esa razón, las vacunas contra la hepatitis B son vacunas que previenen la aparición de cáncer. Esta puede transmitirse de la madre al hijo en el momento de su nacimiento, por contacto de persona a persona, por vía sexual y a través de la exposición parenteral a la sangre hemoderivados y otros fluidos orgánicos u órganos infectados.
Son los adolescentes y los adultos quienes tienen más riesgo de contraer la enfermedad meningocócica. Esta afección grave puede causar la muerte en pocas horas y es una de las causas principales de la llamada meningitis. Esto es la infección de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal y de infecciones sanguíneas. Por su parte, la varicela es una enfermedad viral muy contagiosa y, generalmente, es leve, aunque puede agravarse en bebés menores de doce meses. Esta causa un sarpullido con picazón por todo el cuerpo.
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más conocida. Por tanto, la vacuna contra el VPH ayuda a protegerte contra ciertos tipos del VPH que pueden provocar cáncer o verrugas genitales. Las enfermedades neumocócicas pueden provocar la meningitis neumocócica (una infección del tejido que cubre el cerebro y la médula espinal) y la neumonía (infección de los pulmones). Además, esta se recibe en cuatro dosis, a los dos meses, a los cuatro, once y ya en la edad anciana. Por su parte, la vacuna contra la gripe es una enfermedad que puede durar entre tres y siete días, pero para algunas personas puede tener complicaciones respiratorias o de otro tipo.
Vacunas por comunidades autonómas
Cada comunidad autónoma presenta su calendario de vacunación. Aquí te lo mostramos: