Protege a tus hijos contra el virus del papiloma humano: ¿cuándo hay que vacunarles?
La vacuna contra el virus del papiloma humano se administra en la infancia para que tenga mayor efectividad.
Con ella protegemos a nuestros hijos de graves enfermedades que pueden contraer en el futuro.
Te contamos para qué sirve esta vacuna y cuándo debe administrarse.
Dentro del plan de vacunación para niños, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) es de las más recientes. Esta vacuna supone un gran avance, ya que la infección por este virus no se puede tratar y es el causante de diferentes tipos de cáncer. Cerca del 80% de la población se contagia en algún momento del VPH, que en la mayoría de los casos desaparece por sí solo, sin causar problemas serios para la salud. Pero no siempre es así, por lo que es muy importante tener presente cuándo es posible vacunar a nuestros hijos del virus del papiloma humano.
¿Para qué sirve la vacuna contra el VPH?
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El VPH, además de no poder curarse con ningún tratamiento y de afectar a 8 de cada 10 personas en un momento determinado de su vida, es el causante de seis tipos de cáncer con mal pronóstico:
- Las niñas que contraigan en algún momento el VPH sin estar vacunadas pueden desarrollar cáncer de cuello uterino, vagina, vulva, ano y garganta.
- En el caso de los niños, estos pueden desarrollar cáncer de pene, ano y garganta.
La mejor manera de evitar estos tipos de cáncer es con la vacuna contra el VPH que, además, puede prevenir las verrugas genitales. Por eso es fundamental que nos aseguremos de que, junto al resto de vacunas, nuestros hijos reciban esta.
¿Cómo se transmite el VPH?
El VPH se transmite normalmente durante las relaciones sexuales, incluyendo sexo vaginal, anal y oral. Es el contacto íntimo de la piel con una persona que tiene el virus lo que propicia el contagio. Esto puede hacer pensar que no es urgente que un niño reciba esta vacuna, ya que puede esperar a tener la edad suficiente para mantener relaciones sexuales de manera saludable, pero la realidad es muy diferente.
Por un lado, es conveniente estar vacunado antes de mantener ningún tipo de contacto sexual, algo que ya sabemos que ocurre con frecuencia en la adolescencia. Por otro lado, la vacuna pierde efectividad cuanto más tarde se ponga. De hecho, no se recomienda a partir de los 26 años.
Cuando se tiene más de 26 años y no se ha recibido la vacuna, la única medida de protección frente al virus del papiloma humano es utilizar preservativo a la hora de mantener relaciones sexuales.
¿Cuándo debe recibir mi hijo la vacuna?
En el plan de vacunación en España se establece que la vacuna contra el VPH se recibe a los 12 años, pero puede aplicarse desde los 9. Como decíamos, lo ideal es que tanto los niños como las niñas reciban esta vacuna antes de tener ningún tipo de contacto sexual.
Una vez que se ha producido la infección por VPH la vacuna puede no ser tan efectiva o, sencillamente, no funcionar. Además, la respuesta a la vacuna es mejor a las edades marcadas.
La recomendación es administrar dos dosis de la vacuna en un plazo de seis meses a los niños de 11 y 12 años, aunque las investigaciones aseguran que este plan de dos dosis es efectivo hasta los 15 años. A partir de esa edad y hasta los 26 años, son necesarias tres dosis de la vacuna.
Si se tiene 26 años o menos, y no se ha recibido la vacuna contra el VPH, es importante ponerse en contacto con el centro de salud correspondiente para que la puedan administrar. En cualquier caso, cuando es más efectiva es entre los 9 y los 12 años, por lo que no debemos dejar pasar de esta edad a nuestros hijos sin la vacuna.
¿Es segura la vacuna contra el VPH?
Es habitual que el miedo a los posibles efectos secundarios a las vacunas nos haga sentir recelo ante las que no son “las de toda la vida”, como la del sarampión o la varicela. Pero lo cierto es que la vacuna contra el VPH no presenta efectos secundarios muy diferentes al de otras vacunas.
Estos efectos secundarios, que no revisten gravedad, son dolor y enrojecimiento del brazo en el que se ha administrado la inyección y/o algunas décimas de fiebre. Es cierto que algunos pacientes, sobre todo los adolescentes, se pueden producir desmayos tras recibir la vacuna, pero esto se puede evitar permaneciendo sentados o tumbados unos 15 minutos después de la inyección.
Motivos para posponer o evitar la vacuna contra el VPH
Si nuestro hijo es alérgico a la levadura o a algún otro componente de la vacuna, no debe recibirla. En el caso de haber tenido una reacción alérgica tras la primera dosis la recomendación es no administrar la segunda. Si nuestra hija está embarazada, deberá ponerse la vacuna tras el parto, pero nunca durante los meses de gestación.
Si nuestro hijo tiene fiebre, aunque tengamos la vacunación programada, es conveniente esperar para recibirla. En el caso de enfermedades menores, como un resfriado, no es necesario posponer la vacuna, siempre y cuando no haya fiebre.