La lactancia materna es uno de esos prodigios de la naturaleza que permite alimentar a los bebés, sobre todo a los recién nacidos. Pero para conseguir afianzar una lactancia exitosa no hay nada mejor que el asesoramiento profesional y tener toda la información necesaria. Lo cierto es que es habitual encontrar obstáculos en el camino y, a pesar de tener fácil solución, pueden provocar que se abandone si no sabemos cómo solventarlos. Uno de esos obstáculos son los bultos que pueden aparecer en el pecho durante la lactancia y que resultan alarmantes si no sabemos por qué se forman y cómo deben tratarse. 

Así es al comienzo de empezar a dar de mamar al bebé. Y es más, pueden aparecer tanto en un pecho como en los dos. Se producen cuando hay un mal drenaje en alguno de los conductos por los que circula la leche materna. Si la leche no se extrae bien, se produce una obstrucción paulatina que adquiere la forma de un bulto. 

Para conseguir que la lactancia sea exitosa, uno de los principales aspectos a tener en cuenta es la importancia de que el bebé tenga un buen agarre al pecho. Cuando no es así, el bebé no puede extraer la leche todo lo bien que debería y es entonces cuando se produce la obstrucción. 

También es necesario prestar atención a las diferentes posturas que adopta la madre y el bebé para llevar a cabo la lactancia. No todas son igual de efectivas, ni permiten un buen agarre, ni que la extracción de leche sea la adecuada. 

La obstrucción que produce el bulto es en sí misma dolorosa, y aunque la tentación para evitar este dolor es dejar de dar el pecho, no hay nada mejor para acabar con ella que darle al bebé de mamar del pecho afectado (sin dejar el otro de lado? Colocar paños tibios en el pecho y masajear la zona también ayuda a que el bulto se vaya deshaciendo. Y, por supuesto, es esencial recibir el asesoramiento de un experto en lactancia para que el bebé tenga un buen agarre y la postura al amamantar sea la correcta. 

Como te decíamos, la aparición de bultos en el pecho al comienzo de la lactancia es algo bastante habitual. Eso sí, es muy importante atajar el problema cuanto antes, y no solo porque resulta molesto y doloroso para la madre. 

Del mismo modo que estos bultos pueden irse igual que han venido, también pueden causar otro tipo de problemas más serios si no se tratan a tiempo. El más común es la mastitis que, aunque puede tratarse y no implica el abandono de la lactancia, requiere de una intervención para vaciar el pecho y de un tratamiento oral para poner fin a la infección. 

Así que, si adviertes algún bulto mientras das el pecho, pide consejo y ponle remedio lo antes posible para que no deje ser un pequeño obstáculo en el desarrollo de una lactancia exitosa y feliz.