Tania Llasera, a flor de piel: "Voy a darle biberón a mi hija y contrataré una salus"
Y revuelta a veces, sobre todo por las noches de insomnio que Lucía, Marina o Elena (así se llamará su pequeña) le está regalando. El segundo nombre, como manda la tradición que creó con Pepe Bowie, será un homenaje musical: "Joplin o Lauper, dependiendo de cómo nos sintamos el día que nazca. ¿Todo fruta? ¿Una palmera de chocolate no hay en este catering o qué?", bromea.
Llasera está de buen humor. Le apetecen las fotos, aunque primero le pidió consejo a su madre sobre si lanzarse o no. Su hermano ya le hizo una, que tiene enmarcada en su habitación, cuando estaba embarazada de Pepe Bowie. "Claro que entonces había engordado 40 kilos y en este apenas dos en seis meses", nos cuenta. "Estar embrazada es mi estado ideal, me siento muy atractiva, pero están siendo completamente diferentes: si antes tenía un tripón enorme, ahora una barriga recogidita y cuqui; si dormía como un lirón, ahora tengo insomnio; si me dio por el dulce, ahora por el salado; y si el primero lo pasé contemplativamente, este tengo el estrés de un niño saltándome encima", dice.
Dará a luz la primera semana de septiembre. Será programado, ya que tiene pelvis asiática y eso hace que el bebé no pueda colocarse bien. Lo supo con Pepe, con quien vivió 36 horas de parto eterno que acabó también en cesárea. "¡Qué dolor las contracciones! ¿Por qué nadie te habla de eso?", se lamenta. Así podrá además incorporarse a tiempo a 'La Voz', donde da la réplica a Jesús Vázquez en el backstage.
"¿Que cómo es ponerte de repente 40 kilos? Pues no sabría decirte, lo hice con una naturalidad apabullante [risas]. Me dio por comer galletas de chocolate negro con jengibre y helado. Suena a una barbaridad, pero la mayoría era barriga y yo tengo chasis para llevar muchos kilos porque soy muy ancha y no te enteras. Enseguida te pesas y dices: ¡cómo he llegado a tres dígitos! También te digo que me veo más guapa y sana que cuando estaba delgada", dice.
Ese proceso "nada premeditado" le ha llevado a convertirse en un icono 'curvie' que se rifan varias marcas de ropa: "No quería ser ejemplo ni icono de nada, solo dejé de fumar y engordé un montón; me embaracé y subí otros cuarenta kilos, bajé un poco por riesgo de diabetes (ya soy hipotiroidea) y ahora solo he engordado dos kilos porque me he cuidado más y había bajado 8 caminando cuatro horas al día. ¡Eso sí, nada de dietas milagros! Han contactado conmigo para que las anuncie y me he negado", explica.
Empezamos con la camisa blanca. Se siente cómoda con una XXL de chico con las mangas recogidas. "Siempre me quedan muy bien, será porque soy un poco chicazo", dice. Seguimos por camiseta corta y luego sin apenas ropa. La intención es homenajear al mítico retrato que Annie Leibovitz le hizo a Demi Moore, que marcó un antes y un después en las portadas de este tipo. Mujeres reales que también reivindican su parte sexy en esos nueve meses. Así que allá vamos. Y sí, las vibraciones entre Tania y el fotógrafo (que además acaba de ser padre) fluyen, algo esencial para que el resultado sea tan espectacular e íntimo como el que os traemos.
Ampliamos en una pantalla las fotos en cada cambio de ropa. En unas tiene un aire a Demi, pero descubrimos sobre la marcha que también a Lady Di o Linda Evangelista. Seguimos hablando sobre los mitos y los tabúes de la maternidad: "Unas veces es una película romántica y otras una de terror: yo me pasé la primera semana llorando por las hormonas, se te cae el pelo, salen granitos, los puntos, el cansancio, la recuperación, la lactancia, lo sola que te encuentras si tu madre es de otra ciudad… Hay muchas cosas que no se cuentan y ¡ostras! Estoy de acuerdo con Samantha Villar en que no todo es rosa. Pero cuando te ponen al niño en brazos se te olvida todo. Y ahí llegan a su vez los miedos: el querer a alguien tanto y que su vida dependa de ti da mucho miedo”.
-¿Has sentido miedo de quererle tanto?
Eso es. Es maravilloso y terrorífico. Tu corazón se expande y aparece como otra habitación en ese apartamento del amor… pero también muchos más miedos. Ahora me parece imposible querer tanto al ser que viene como a Pepe, pero todas las madres me han dicho que esté tranquila, que se expande y aparece otra habitación más en el duplex del amor. ¡Viva el chalet adosado del amor! ¡Todo bien cursi!
-¿Y tú chico?
Lo lleva de distinta manera. Pensaba que ser madre y padre era lo mismo, pero me he dado cuenta de que no tiene nada que ver. Por ejemplo, el niño se pone a llorar en mitad de la noche: si yo me despierto, aunque me esté haciendo pis, voy directamente a su cuarto. Mi marido va a hacer pis y luego ya va a consolarle. En realidad es más inteligente, lo mismo que dicen en los aviones: que te pongas la mascarilla tu primero para poder atenderle mejor, pero yo es que me pongo de los nervios.
-¿Crees en el instinto maternal?
Es muy fuerte el instinto maternal: el llanto de tu hijo te vuelve absolutamente loca, te chirría por dentro. Mira: me sudan las palmas de las manos de pensarlo. Es una cosa bioquímica, adrenalítica, que tiene mucho que ver con la hormona del apego, con la oxitocina, que juega de las suyas. ¡Te palpita el corazón! ¡Protección animal!
-¿Has sentido que te descuidabas un poco a ti para cuidarle a él?
En la lactancia, sí. Tuve una problema en la córnea del ojo por un arañazo antiguo que me hice jugando con mi sobrina y, como se te resecan las mucosas, se me reabrió. Encima mi chico estaba en Berlín trabajando y estaba sola con Pepe y lo pasé muy mal. Estaba ciega de un ojo. La tetina, a oscuras, que mamase, muchísimo dolor… ¡Un horror! Ahí me di cuenta por primera vez de que era madre de verdad y no había vuelta atrás. De hecho le he cogido miedo al dolor.
-¿Le darás pecho a la niña?
Biberón. Por lo del ojo y porque tengo que trabajar y es más fácil que se quede con su padre, la abuela y la ayuda que he contratado. Me voy a ahorrar lo de sacarme leche por la noche, congelarla y seguir sacando leche… Pobres madres. Cuando he estado fatal le decía a la mía llorando: 'ahora entiendo cuánto me quieres tú'. Además voy a contratar una salus para poder dormir por las noches, que es súper necesario: cuanto mejor estés tú, mejor estará tu bebé.
-¿Te sientes especialmente criticada por otras madres?
Por las cosas más inverosímiles y yo digo '¿qué más te da si doy el pecho a mi hijo? Céntrate en tu teta y déjame en paz, que cada una somos madre como buenamente podemos'. Todo el mundo es mejor madre antes de serlo, luego te das cuenta de la cantidad de cosas con las que tienes que lidiar y dices, ¡jesús! El feminismo empieza por la igualdad y sigue por defendernos las unas a las otras.
Cambiamos a la mini camiseta de 'I’m my own boss'. Le gusta mucho y la estilista (Julia Gándara) se la regala. "Wonderful!", dice. Lo pronuncia perfecto. Es bilingüe porque su madre nació en Inglaterra, así que intentará que Pepe y su futura hija también lo sean. Su abuelo fue uno de los niños de la guerra que salió en barco desde el norte hacia Gran Bretaña y allí se casó con una actriz británica. El matrimonio veraneaba en las playas vascas, donde su madre conoció al padre de Tania. Un viaje de ida y vuelta. Llevan juntos desde entonces. "Está chiflada, en pleno apogeo 'abuelil'", dice. "Vendrá a Madrid para el parto un tiempo prudencial para no molestar. Me ayudó muchísimo con Pepe, porque lo tuve en el País Vasco. Ahora valoro más a mi madre, es súper necesario tenerla cerca. Me da mucha pena la gente que no puede. Ver esas tres generaciones es una de las cosas más bonitas de la vida”.
Tania coge otro trozo de sandría. La niña vuelve a moverse. Asegura que su caracter ha cambiado desde que es madre. "Soy mejor persona porque tengo más amor que dar y entiendo mejor la ternura. También estoy más enamorada de mi marido si cabe: verle como padre ha hecho que me reenamore. Ese nexo es precioso. Te miras a los ojos otra vez y dices: 'joe, qué bien lo hemos hecho' (risas)".
-¿Qué tiene de él?
La gente cree que el rubio es mío, pero es suyo. Y también lo risueño y alegre, yo no soy tan simpática. Y que se pone muy chinito cuando sonríe, como Gonzalo [Vilar] en la boda.
-¿Os notáis diferente al esperar el segundo?
Fíjate, sí: mi chico me ha dicho que le hacía aún más ilusión esta niña, porque en el primero era todo nuevo y no sabía a lo que venía y en cambio esta vez ya jugamos con esa ventaja y lo vamos a disfrutar más que la constante sorpresa. Me gustó su reflexión. Yo prefería una niña, pero por asegurarme que se iba a repetir la buenísima relación que tengo con mi madre.
-¿Tendrá también un mote musical?
Sí, será Joplin o Lauper. Ya veremos el día que nazca qué nos inspira. Pero no está en ningún pasaporte, es un mote familiar.
-¿Por qué casi nunca muestras a tu marido en redes?
Una cosa es mi vida con los míos y otra lo que decido enseñar. Me encanta que Gonzalo no tenga nada que ver con este mundo: es ingeniero pero trabaja consultor de márketing. Le interesa, pero lo ve desde fuera, así que me da estabilidad y perspectiva.
-¿Te pidió que no mostrases a Pepe, no?
Siempre tengo su opinión en cuenta, que es muy fresca y muy objetiva. Le hice caso y luego le fui convenciendo de subir más fotos de Pepe y ahora he vuelto a mostrar pocas. Gonzalo me quiere por mí y eso mola. Lo he elegido muy bien, aunque hice un casting muy largo, también te diré, que me dio hasta para escribir un libro de sexo (risas). He encontrado la persona ideal para mi, que te aseguro que no es fácil. No es perfecto, pero es perfecto para mi: y es la bomba. Aún así me quiero divorciar todos los días al menos una vez. Claro que si es solo una vez es que le quiero mucho, ¿no?
*Estilismo: Julia Gándara / Peluquería y maquillaje: Miguel Ángel Tragacete