Asamblea infantil, un beneficioso método para que los niños se relacionen en clase

Cuando los niños empiezan el cole y les cuentan a sus padres que han hecho una asamblea, muchos padres se preguntarán qué es. Se trata de un recurso que, a su vez, está compuesto por distintas actividades con una metodología que se desarrolla a diario en los distintos centros escolares, tanto al principio como al final de las clases. Su objetivo principal será el de generar un espacio de diálogo y reflexión entre los niños y su profesor.

Así, será una buena manera de comunicación, donde los pequeños explicarán qué les está sucediendo y cuáles son sus sentimientos en ese momento y sus preocupaciones, así como todo aquello que los pequeños deseen contar. Además, implicará una disposición concreta de los niños, que se sentarán en círculo, siendo el maestro el moderador y orientador.

La principal razón de desarrollar este tipo de actividades será la de motivar a los pequeños a que desarrollen, cada día, sus competencias lingüísticas, cognitivas y sociales. La asamblea les permitirá que se saluden, que reconozcan en qué día de la semana se encuentran y que hablen y cuenten sus necesidades y experiencias. Por su parte, los maestros plantearán las tareas y las actividades que se desarrollarán durante la jornada escolar.

Estas actividades estarán relacionadas con las unidades didácticas o con los centros de interés que se están estudiando en las clases. Y, en el caso de que la asamblea se desarrolle al final del día, también se pondrá el foco en lo que se haya desarrollado en clase y en lo aprendido. Por lo tanto, mediante distintas actividades, la asamblea se planteará como una metodología para generar a los alumnos ciertos aprendizajes relacionados con la autonomía, la adquisición y el uso correcto del lenguaje.

También para la ampliación del vocabulario, la interiorización de las normas y la escucha activa, de esta manera podrán respetar el turno de palabra y hablar con los compañeros. La asamblea fomentará la expresión, la comunicación y la socialización, ayudando y motivando a los niños para que participen y expresen sus vivencias y emociones con el resto de compañeros y maestros.

Además, contribuirá a reforzar ciertos valores, como el compañerismo, la solidaridad y la empatía. Por tanto, como ya hemos comentado, en ella se desarrollarán distintas actividades, como, por ejemplo, pasar lista, dar los buenos días, contar alguna experiencia y se podrá indicar, también, alguna actividad divertida para hacer mientras tanto.

En la asamblea habrá que identificar la fecha del día: en un calendario, los niños tendrán que marcar el día y el mes con el que corresponda y, así, irán aprendiendo y repasando los números, así como los meses del año y su orden.

Una buena actividad será contar a los compañeros lo que realizaron el día anterior, ya que esta información podrá servir para introducir alguna información relacionada con los alimentos, como, por ejemplo, de dónde vienen y para hablar sobre la importancia de comer bien. También podrán apuntar en un registro el tiempo que están haciendo ese día y dibujar si es verano, invierno, primavera u otoño.

La asamblea servirá para recordar las normas que habrá que acatar durante las clases, así como para hablar sobre lo que se aprenderá en el día. La 'seño' podrá contar a sus alumnos qué es lo que se les va a enseñar hoy y hará una pequeña introducción sobre los temarios, algo que le servirá para conocer los sentimientos de los niños sobre esos temas y cuáles son sus conocimientos previos.

Otras actividades que se podrán realizar durante la asamblea será la de repartir tareas y organizar el grupo. De esta forma, el maestro tendrá una clase mucho más organizada, además, siempre será bueno que los alumnos asuman alguna responsabilidad y que se elogie si lo hacen bien. Durante la asamblea de fin de día deberán guardar cada cosa en su lugar. Esta 'actividad' se podrá realizar al ritmo de alguna canción, haciéndola más amena.

La duración y las características de la asamblea infantil dependerán de cada clase y de los alumnos. Por eso, deberá ser flexible y adaptarse a todas las circunstancias del día, al interés y a las necesidades de cada niño.