Colegio público, privado o concertado: conocerlos es básico antes de elegir
La elección del colegio en el que estudiarán nuestros hijos resulta complicado para la mayoría de padres.
Una de las primeras cosas que hemos de decidir es si queremos un colegio, público o concertado.
Elegir colegio para nuestros hijos es una de las cosas más difíciles a las que se enfrentan los progenitores. Allí van a pasar más de la mitad del día, del nivel de aprendizaje puede depender su futuro laboral, y va a influir de manera ineludible en su desarrollo emocional ya que es el lugar donde va a generarse el grueso de sus relaciones personales y sociales. Es decir, el bienestar presente y futuro de nuestro hijo va a depender, en gran medida, del colegio al que vaya. Y sobre este tema no existen certezas claras, porque los colegios son entes vivos en los que el alumnado no se puede prever, al igual que los equipos directivos y el profesorado, que irán rotando a lo largo de los años que nuestro hijo permanezca en ese centro. Y luego está el tema económico: no es lo mismo contar con los recursos holgados para elegir con total libertad, que hacer esfuerzos para que estudien en determinados colegios, que directamente excluir las opciones de pago porque no están a nuestro alcance.
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También nos preguntamos por las distancias: si nos importa coger el coche para llevar a nuestro hijo cada mañana a un colegio alejado de nuestra zona, o priorizamos el contacto con el barrio en el que vivimos. Son muchas las preguntas y las respuestas no llegan solas, porque necesitamos datos e información que nos ayuden a despejar dudas y aclarar ideas antes de tomar cualquier decisión.
El punto de partida es, en muchos casos, si elegir un centro público, privado o concertado. Por eso queremos ayudarte contándote lo que debes saber de cada uno de estos tipos de centro educativo.
Colegios públicos, enseñanza de calidad y gratuita
La educación pública es la opción mayoritaria en nuestro país y de la que disfruta casi un 70% del alumnado. Económica, con centros próximos a nuestras casas y un nivel de enseñanza de calidad son sus puntos fuertes. El profesorado y equipo directivo de cada centro ha accedido a su plaza mediante un examen de oposición que no es, ni mucho menos, fácil de aprobar, por lo que la profesionalidad de los docentes públicos no puede cuestionarse ni generarnos dudas acerca de su capacitación para enseñar a nuestros hijos.
En el aspecto económico, la enseñanza como tal es gratuita, y el gasto se produce por la compra de libros o el comedor. Al tratarse de centros públicos, si nos encontramos con dificultades económicas en algún momento mientras nuestro hijo esté estudiando podremos solicitar becas específicas que están pensadas para que todos los niños puedan recibir su educación en igualdad de oportunidades, siempre que se cumplan los requisitos que se indican en cada una de ellas. Los recursos tecnológicos de cada centro van a estar determinados por cada comunidad, pero siempre están asegurados, y se asegura en todos ellos la enseñanza de idiomas, sin olvidar que muchos centros son bilingües. Los espacios pueden ser más reducidos que en los centros concertados y privados, y ligeramente superior el número de alumnos por clase.
Por último, en los centros públicos la educación es laica, y es donde seguramente los niños van a encontrar una mayor coherencia entre lo que viven en el colegio y en la vida, porque es sus aulas conviven todo tipo de culturas y realidades socioeconómicas, que les ayuda a tener una mentalidad abierta y conectada con la realidad.
Colegios concertados, gestión privada con fondos públicos
La gestión privada de los colegios concertados les concede cierta libertad a la hora de desarrollar sus funciones, aunque al depender de fondos públicos siempre tienen que rendir cuentas a la Administración. No requieren una cuota económica por parte de las familias, aunque la mayoría recibe una aportación voluntaria que siempre es bienvenida. Con este dinero cada centro cubre los gastos que no puede hacer con la aportación económica del Estado, como la compra de determinados materiales educativos, refuerzo de profesorado o mejora de las instalaciones. Los profesores son elegidos con libertad por cada centro, pero siempre dentro de los criterios establecidos y mediante un proceso sometido a control.
Los centros concertados pueden definir su carácter propio, por ejemplo si son religiosos, siempre y cuando la enseñanza respete la libertad de conciencia individual y que las prácticas de tipo confesional sean de carácter voluntario.
Colegios privados, la elección del proyecto educativo
La financiación de estos centros se consigue a través de las cuotas al alumnado y del patrocinio de entidades privadas. Requieren de la aprobación de la administración educativa que corresponda tanto para su apertura como para su funcionamiento de manera que se garantice la calidad educativa. La autonomía económica les da libertad para elegir su proyecto educativo, gestión interna y admisión del alumnado. Para los progenitores, el punto fuerte es que pueden escoger entre las propuestas de los diferentes centros aquel proyecto que les parezca más idóneo para la educación de sus hijos.
Suelen destacar en la enseñanza de idiomas (el bilingüismo empezó con ellos) y en a práctica deportiva, que en muchos de estos centros está completamente integrada en el marco educativo. Suelen contar con instalaciones más amplias y de mejor calidad, además de disminuir el número de alumnos por clase. La oferta extraescolar también suele ser amplia, y dentro del horario lectivo ya incluyen materias que complementan su proyecto educativo como el ajedrez o el teatro. Muchos de ellos se muestran muy avanzados en lo referente al material escolar, y en algunos hasta pueden prescindir de los libros de texto en Primaria.
El principal inconveniente de estos centros es el elevado coste económico, pero la mayoría de ellos cuenta con fondos para becar a aquellas familias que en un determinado momento atraviesen algún tipo de dificultad económica.