Dormir en colecho, una práctica cada vez más extendida y con múltiples beneficios para tus hijos

Son muchas y diversas las formas de criar a un bebé. Con el paso del tiempo, una de las técnicas que más se ha llevado a cabo es la del colecho. Pero, ¿en qué cosiste realmente? ¿Cuáles son sus beneficios? El colecho, como su propio nombre indica, hace referencia al hecho de compartir lecho como parte de la crianza positiva, creando unos vínculos y apegos que perdurarán durante toda la vida. Se trata de una de las técnicas con más éxito de los últimos tiempos y, sobre todo, la más seguida.

Cada día son más padres y madres los que tienen una cama donde caben todos. Es decir, comparten ese espacio tan personal con sus hijos. Eso sí, hasta una cierta edad. Es cuando van creciendo, cuando los propios niños van reclamando más independencia. Esto no quita que haya días en los que quieran dormir refugiados en el calor y la protección de sus padres. Aún así, siempre será muy importante darles su espacio y, sobre todo, hacerles entender que su lugar también está en su propia habitación.

El colecho es una práctica que se viene desarrollando desde hace muchos años, aunque eso sí, probablemente de manera inconsciente. Es decir, durante toda su vida los bebés siempre han buscado el calor de sus padres, pero posiblemente es, desde hace unos años, cuando le hemos puesto nombre y apellido a esta práctica.

El colecho tendrá una serie de beneficios, tanto para la madre, como para el bebé y para el vínculo que se forma en cada familia. Así, las ventajas del colecho serán numerosas, ya que fomentará la unión de todo el núcleo familiar y ayudará al pequeño con el sueño, la alimentación y, sobre todo, para que vaya madurando su respiración.

Y esta práctica no solamente está en auge en España, sino que está muy extendida en otros países de Europa, como Alemania o Reino Unido, donde alcanza el 23 y el 24 por ciento, respectivamente. Así, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación de Pediatría ha asegurado que no existe la suficiente evidencia como para afirmar que esta práctica no es aconsejable para todos los padres. Eso sí, siempre habrá que tomar una serie de medidas relacionadas con la seguridad que serán muy necesarias. Una afirmación que también está respaldada por la neurociencia.

Expertos de la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, han afirmado que el colecho es una práctica muy beneficiosa para el desarrollo del cerebro del niño. De esta manera, se reducirán los niveles de cortisol, la hormona del estrés y del miedo, y se mejorarán los ciclos del sueño, haciendo que el bebé pueda alcanzar más rápidamente una fase más profunda del sueño. También, los especialistas han confirmado que el colecho ayudará a prevenir los problemas de comportamiento infantil y, por eso, recomiendan mantener esta práctica hasta, por lo menos, los tres años.

Pero, más concretamente, ¿cuáles son sus beneficios? Lo cierto es que el colecho tiene ventajas más que obvias tanto para la madre como el bebé lactante. Así, los bebés que duermen junto a sus progenitores tendrán un sueño más tranquilo, como ya hemos comentado. También, tomarán el pecho de forma más continua y, por tanto, tendrá una infinidad de beneficios para la salud del pequeño. Por tanto, los despertares, tanto del bebé como de su madre, serán más cortos, ya que el niño estará más cerca para amamantarlo.

Además, el sueño del bebé que colecha con su madre, será un sueño vigilado, ya que los progenitores estarán cerca y, por tanto, serán más sensibles al movimiento del pequeño. Esto le permitirá responder con más facilidad a las necesidades de su hijo durante la noche. También, como ya hemos comentado, esta práctica proporcionará distintos beneficios en todo aquello relacionado con el desarrollo del pequeño y la formación de su personalidad.

Los bebés que hayan realizado colecho tendrán más posibilidades de tener mayor autoestima, mejor comportamiento, mayor seguridad en uno mismo, más tolerancia al estrés, mayor nivel de optimismo y mayor grado de felicidad. Eso sí, el colecho tendrá que ser una práctica que haya sido elegida libremente y de mutuo acuerdo por los padres, siempre siendo conscientes de los pros y los contras que puede suponer en la educación de sus pequeños.