Clases extraescolares: una psicóloga infantil explica cuándo son perjudiciales para los niños
Muchos padres se obsesionan con apuntar a sus hijos a clases extraescolares; un hecho que puede causar efectos negativos en los niños.
En Divinity, hemos querido hablar con psicológos y pedagogos expertos en la materia para que nos cuenten qué sucede cuando los niños tienen un exceso de actividades extraescolares.
Con el comienzo del curso escolar, muchos padres se debaten sobre si llevar a sus hijos a clases extraescolares y, en caso afirmativo, a cuántas apuntarles. La mayoría de estas clases les ayudarán a reforzar sus conocimientos y a realizar actividad física. En muchas ocasiones, la suma de las extraescolares que gustan a los niños y las que los padres creemos oportunas, llenan las horas del niño y les dejan casi sin tiempo para jugar y divertirse sin tener un horario fijado. “Hay que tener en cuenta que lo mejor para un niño será el juego no dirigido. Un niño aprende jugando”, explica Verónica Pérez Ruano, psicóloga infantil de Raíces Psicología Infantil.
Esta situación, en muchos casos, puede generar situaciones de estrés y frustración, ya que los niños no encuentran su momento de descanso y ocio después de largas horas en el colegio. Esta situación de sobrecarga, en la mayoría de los casos viene dada por la jornada laboral de los progenitores. “Es muy normal que estas actividades se conviertan en una buena alternativa para cuando los padres y madres no pueden encargarse de sus hijos”, cuenta la psicóloga Verónica Pérez Ruano a Divinity.es. Por tanto, estas clasees extraescolares suelen ser más una necesidad de los padres que de los niños.
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“Las clases extraescolares serán muy necesarias, pero con medida”, añade Montse Martín López, psicóloga infantil. Por eso tenemos que ser conscientes de que el exceso de este tipo de actividades puede acabar siendo perjudicial para los niños y los adolescentes. Lo más importante será saber establecer un equilibrio entre aquellas actividades lúdicas y aquellas que servirán para formarle. “Lo mejor será que no se realicen todos los días de la semana y, sobre todo, que sea una actividad que a los niños les guste”, explica Irene Todó, pedagoga. “Además, es muy importante que cuando se apunten a una actividad, se mantengan ella. Los padres serán los encargados de enseñarles responsabilidad sobre lo que han elegido”, afirma Montse Martín López.
Las consecuencias de un exceso de clases extraescolares
Una agenda excesiva puede provocar ansiedad o estrés infantil, debido a la imposibilidad de dar respuesta a todas sus actividades cotidianas. “Podrá llevar a un colapso del niño después de estar tantas horas en clase y lo más normal será que no rindan lo suficiente”, añade la pedagoga Irene Todó. “Además, se tomarán la actividad extraescolar como algo negativo y la rechazarán”, aclara.
Una sobrecargada agenda escolar puede provocar, además, distintos síntomas físicos, como dolores de cabeza, molestias estomacales, problemas de conciliar el sueño, pesadillas y una clara disminución del apetito. “Hay muchos padres que con muy buena intención animan a su hijo a apuntarse a clases extraescolares, pero lo que consiguen es que los niños se sientan agobiados”, corrobora la psicóloga infantil Verónica Pérez Ruano.
También, pueden aparecer síntomas psicológicos como ansiedad, aparición de exageradas preocupaciones, incapacidad para relajarse y para controlar emociones, comportamientos agresivos e incluso una regresión en los comportamientos típicos de etapas previas. “Lo más común será que el exceso de clases provoque estrés, agotamiento a nivel psicológico y desmotivación. En casos muy extremos sí que se puede observar trastornos como la ansiedad”, añade Verónica Pérez Ruano.
Los beneficios de las extraescolares en su justa medida
Eso sí, como hemos mencionado, también las actividades extraescolares pueden proporcionar distintos beneficios. Como, por ejemplo, la socialización para aquellos niños menos extrovertidos o retraídos y la estimulación para niños pasivos que pasan muchas horas frente a la tele. También, mejorará la seguridad y la autoestima en los casos de niños con dificultad en alguna asignatura y le harán mejorar y practicar en algún deporte.
Lo mejor será no obsesionarnos con tener unos hijos preparadísimos y buenísimos en todo. “Si las actividades son elegidas y los niños cuentan con motivación pedirán más y comenzarán a interesarse por esa actividad. Cuando la motivación es intrínseca es muy potente y dándoles libertad y con buen material a su alcance se conseguirá que no se convierta en una obligación”, explica la psicóloga Verónica Pérez Ruano.
¿A qué actividad apunto a mi hijo?
Las clases extraescolares deberán tomarse como un juego, donde el principal objetivo sea divertirse, relajarse, practicar un deporte o dejar fluir la imaginación. “La actividad dependerá de cada niño, pero lo más recomendable serán los deportes o alguna otra actividad relacionada con la música”, explica la pedagoga Irene Todó. “También, algo artístico o donde puedan gastar energía”, añade.
Por eso, a la hora de elegir una extraescolar tendremos que tener en cuenta distintos factores. No habrá que imponer ninguna actividad, por lo que será muy importante consultar al niño qué prefiere. Los padres tendrán el papel de orientadores, pero nunca deberán escoger o imponer su criterio. “Muchos padres piensan que sus hijos tienen que ser el número uno en todo y realmente no es así. A los niños habrá que dejarles que aprendan y se expresen, tanta exigencia solo les generará estrés”, apunta la psicóloga Montse Martín López.
Si los niños practican algo que les gusta se mantendrán motivados y podrán divertirse al mismo tiempo que desarrollan sus capacidades. No resultará igual si la actividad se convierte en una obligación. Si tenemos dudas respecto a qué actividad apuntar a los pequeños, lo mejor será informarse bien en qué consiste cada una de ellas, así como las características y las capacidades del niño.
La importancia del apoyo de los padres
Será muy importante que los padres se involucren en las actividades de sus hijos para saber si se están ajustando a ellos, conocer su evolución y de qué manera le pueden afectar a su desarrollo escolar. Muchas veces se pueden encontrar cansados física y mentalmente. También, podrán encontrarse desmotivados, cansados o estresados o, todo lo contrario; podrán encontrar en sus clases extraescolares un lugar de motivación.
Como ya hemos comentado será muy importante reservar unas horas a la semana para juegos y ocio. Así, podrán descansar, jugar, hacer las tareas del colegio y pasar tiempo con la familia después de estar muchas horas en clase. “Lo mejor será que las extraescolares se realicen uno o dos días por semana, con un máximo de tres días a la semana y durante una hora, aunque dependerá de la edad”, explica la pedagoga Irene Todó a Divinity.es.