Los zapatos que nunca deberías llevar al avión (ni al aeropuerto)
La elección del look de aeropuerto resulta clave si no quieres que tu viaje sea un suplicio
Te contamos lo que sí, y lo que no, para un viaje tranquilo
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A la hora de viajar… no hay nada como ir con un look cómodo. Nada de elegir prendas apretadas y demasiado rígidas que dificulten la movilidad, y es que toda precaución es poca. Una parte fundamental para que el estilismo elegido ofrezca el mayor confort posible reside en el calzado. Un arma de doble filo que puede hacer que el trayecto se convierta en un verdadero suplicio, especialmente cuando se viaja en avión y hay que pasar por el aeropuerto. Hay ciertos tipos de zapatos, que aunque bonitos y elegantes, quizás no sean la mejor opción para ello. A las pruebas nos remitimos.
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Los zapatos que nunca deberían pisar un aeropuerto
Empezaremos haciendo referencia a los tacones. Ya sean salones, stilettos, plataformas o cualquier tipo de diseño que supere los cinco centímetros de altura. Por muy elegantes que puedan resultar, no son lo más adecuado para caminar por las terminales, hacer filas de seguridad y correr para llegar a tiempo a tu puerta de embarque. Es más, puede resultar incómodo e incluso peligroso.
Por otro lado, aquellos que sean demasiado ajustados -o incluso nuevos- y puedan provocarte rozaduras o ampollas, tampoco deberían viajar contigo. De hecho, has de tener en cuenta que en los vuelos los pies se hinchan debido a la presión, así que la compresión de tus dedos será mayor y lo pasarás bastante mal (especialmente si tienen la punta estrecha).
Ahora hablemos de las botas. En general, tendrás que prescindir de cualquier tipo de zapato que cubra el tobillo en el control de seguridad. Pero si te decantas por un diseño demasiado complicado de poner o abrochar, puedes perder demasiados minutos -muy valiosos en estas situaciones- hasta que te los vuelvas a poner. Por ejemplo, las que tienen cordones pueden ser estilosas y funcionales en otros contextos, pero no son la mejor opción para el aeropuerto. Opta mejor por aquellas con cierres de cremallera o elásticos que sean fáciles de poner y quitar.
Lo mismo ocurre con las sandalias. Si bien pueden ser una opción fresca y cómoda para el verano, las que tienen correas complicadas pueden hacer que te tomes más tiempo al pasar por los controles. Otro consejo de cara al avión si llevas sandalias y eres algo friolera, es que guardes un par de calcetines en el bolso para ponerte cuando despeguéis ya que los aires acondicionados suelen jugar muy malas pasadas (y ser los responsables de algún que otro resfriado).
Los modelos con los que viajarás cómoda y tranquila
Tu objetivo es no tener que estar pendiente de tus pies, por lo que lo mejor es abogar por los planos como zapatillas, bailarinas o mocasines. Si eres de las que no pueden renunciar a sus tacones, mejor decántate por el tacón bajo y ancho que aporten mayor estabilidad y confort. Además, deberías considerar siempre la facilidad de ponerlos y quitarlos, así como priorizar el ajuste adecuado. Sin apretar ni rozar. Elige también diseños hechos de materiales transpirables, como cuero o tela, para mantener tus pies frescos y cómodos durante el viaje.
Ojo, aunque la comodidad es importante, no significa que debas renunciar al estilo. Simplemente deja los experimentos y pruebas para otra ocasión que no implique coger un avión.