Marta Ortega es una de las figuras más influyentes en el mundo de la moda actual. La presidenta de Inditex posee una estética que es un reflejo perfecto de su entorno, combinando a la perfección piezas de grandes enseñas de lujo con prendas accesibles y básicas de marcas como Zara y Massimo Dutti. Y es que a lo largo de los años, ha demostrado que la verdadera elegancia radica en la capacidad de crear looks sofisticados sin depender únicamente de las colecciones de Alta Costura, sino en saber combinarlas con básicos de calidad.

Ortega además ha crecido rodeada de los grandes del mundo de la moda y entre sus amigos íntimos figuran personalidades como Pierpaolo Piccioli -director creativo de Valentino hasta marzo de este año y artífice de sus vestidos de novia-, afamados fotógrafos y modelos, por lo que no es de extrañar que sus conocimientos de la industria hayan hecho que adopte un estilo rico en influencias de los mayores expertos.

Podríamos decir que sus estilismos destacan por su minimalismo refinado, una mezcla equilibrada de simplicidad y sofisticación. Y aunque suele lucir prendas de diseñadores de renombre como Valentino, Hermès o Loewe, Marta es conocida por su habilidad innata de integrar elementos más accesibles en sus atuendos. Por ejemplo, no es raro verla combinando un abrigo de alguna de estas marcas con unos jeans de Zara, creando un equilibrio perfecto entre el lujo y la practicidad.

Sus conjuntos tienden hacia la simplicidad y la elegancia discreta, evitando modas demasiado extravagantes o extremadamente vanguardistas. En ocasiones en las que se exige un dress code más formal, suele decantarse por piezas de lujo con líneas limpias y fluidas, predominando el negro como su color favorito.

La clave de su minimalista estilo reside en el hecho de que nunca busca llamar la atención con detalles excesivos o tendencias pasajeras. La hija de Amancio Ortega prefiere patrones sencillos, cortes marcados que denotan elegancia, y colores neutros como el blanco, negro, gris y beige, que son el lienzo ideal para sus combinaciones. Además, su predilección por las prendas estructuradas y atemporales le permite construir un armario funcional, donde cada pieza puede usarse en múltiples ocasiones, pero siempre con un enfoque de lujo discreto.

Una de sus mayores fortalezas es la habilidad para combinar prendas de alta gama con otras más básicas, especialmente de Zara, la joya de la corona del imperio familiar. En múltiples ocasiones, se la ha podido luciendo un pantalón de corte impecable de Valentino con una camiseta básica blanca de Zara, o un abrigo de lana de Prada combinado con unos jeans de ‘Woman’. Este enfoque demuestra no solo su buen ojo para el diseño, sino también su capacidad para mostrar que lo accesible puede ser igualmente elegante cuando se combina de manera adecuada.

En otras palabras Marta siempre logra verse impecable, utilizando las mismas prendas básicas que cualquier persona podría encontrar en Zara y dándoles un giro de alta costura con sus accesorios y complementos de firmas de lujo como Manolo Blahnik o Chanel.

Otro de los puntos clave de sus outfits reside en el modo en el que juega con los accesorios, porque si bien puede permitirse las joyas más caras y ostentosas que existen, elle sigue la regla de ‘menos es más’. Un lujo silencioso en toda regla que refleja a través de joyas de aires minimalistas o bolsos (donde le encantan Hermès, Loewe o Bottega Veneta) de líneas sencillas. Porque en su caso los complementos nunca dominan el conjunto, sino que lo aderezan de manera sutil, añadiendo un toque de lujo que no resulta abrumador.

En definitiva, la clave de su éxito reside en la armonía entre las dos esferas de la industria, llevadas con absoluta maestría. Pues su enfoque demuestra que con una base sólida de prendas clásicas, atemporales y bien elegidas, cualquiera puede construir un vestuario elegante y funcional.