Como cada año, la transición de estación implica cambios a nivel de moda y tendencias con los que dar un toque renovado al vestidor y volver a la ‘rentrée’ con buen pie. Si en verano los verdes y el minimalismo sofisticado han sido los claros protagonistas de los estilismos a pie de calle (y playa), con la llegada del otoño hay ciertas pinceladas de cambio. Es momento de cambio, de volver al ‘glamour’ de décadas pasadas impregnado de un aura de relajación que se basa en la moda más campestre, con un punto de elegancia donde los tejidos y patrones cobran más importancia que nunca.
Según las colecciones que se han presentado en las últimas fashion weeks, las superposiciones seguirán siendo una pieza clave en los looks, donde las capas cobran un protagonismo especial, como hemos visto en propuestas como la de Rabanne o Carolina Herrera. Otro de los puntos a destacar es el pelo, que se verá en abrigos XXL, y en cuellos y puños de cazadoras y chaquetas, pero también en bolsos e incluso faldas, según las colecciones de Burberry o Louis Vuitton.
Y si hay un accesorio de los 2000 que quiere hacerse un hueco este otoño ese es el cinturón. Así lo hemos visto en los desfiles de Loewe, Tod’s o Max Mara, que a diferencia de otros años, en lugar de ofrecer su versión a la cintura, bajan unos centímetros hasta llegar a la cadera. Se tornará crucial combinados con vestidos o faldas, donde contribuye a cambiar sus formas y definir todavía más las curvas femeninas.
El animal print también es otro de los básicos, especialmente el leopardo, que se verá en los estilismos de día y noche ya no solo en las prendas, sino también en medias, calcetines o fulares. Una tendencia que se complementa con la estética ‘western’ que hemos visto de la mano de Isabel Marant o Elie Saab, en donde no faltan los flecos, el cuero y las botas ‘cowboy’.
También hemos consultado con la experta en tendencias y periodista en moda, Paloma Herce, quien opina que en las tendencias otoño invierno hay un claro color ganador, el cereza. “Es cierto que el burdeos y el color vino lo hemos ido viendo en temporadas pasadas gracias a firmas como Gucci y creo que este año vuelve. Observo que hay una fijación por el color rojo, quizás porque denote poder y se ve muy elegante, y al final la mayoría de las mujeres queremos vestir así. De hecho, me alegra mucho que el adjetivo ‘elegante’ cada vez está más presente en las colecciones”.
Cuenta que hay una estética clara que vamos a ver esta temporada, y no es otra cosa que el estilo bohemio. “Es cierto que en verano es más fácil verlo porque al final relajamos mucho nuestra manera de vestir, estamos más cerca de la playa y el cuerpo nos pide prendas de cortes más fluidos, pero es verdad que esta tendencia también la vamos a ver este invierno, y en parte se deber a la gala MET y Chloe, donde vimos a Sienna Miller con un vestido ‘boho’ en la alfombra roja, algo nada usual. Eso mismo se va a trasladar a la pasarela de la calle”.
Añade que, otras marcas como Etro -que siempre ha tenido un aire bohemio- o Giambatista Valli -siempre más romántico- tienen un espíritu aún más bohemio. “Esto lo vamos a ver con blusas combinadas con vaqueros, vestidos largos con botas cowboy… Así que, podría decir, que esas son las dos tendencias que más veremos los próximos meses”.
Y cómo no, toda la gama de los tierra seguirá estando presente, combinada con otros tonos más dulces como el azul celeste, el rosa bebé o los crema, que contribuirán a dar un toque de luz y buen gusto a los días más grises.
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