El 31 de octubre estaba marcado en el calendario de Ana Guerra y Víctor Elías, pues fue el día que comunicaron que contraerían matrimonio. Sin embargo, lo que se guardaron para ellos es que el día antes, celebrarían una ceremonia más íntima. Fue una ceremonia religiosa que tuvo lugar en la ermita de la Virgen del Puerto, en Madrid, en la que estuvieron acompañados, según indica '¡HOLA!', por sus familiares y amigos más íntimos.

Tras esta tendría lugar la gran celebración con todos los invitados, en la finca Prados Moros, también en Madrid. Para la primera ceremonia, tanto la cantante como el compositor escogieron looks muy especiales con algunos detalles de moda que merece la pena comentar.

La novia ha optado por un romántico diseño de Rosa Clará: "El vestido representa muy bien lo que soy", ha declarado la radiante novia la citado medio. Se trata de un diseño entallado en la cintura y detalles de encaje joya francés. El cuerpo está diseñado con un bustier que se ensalza con un cuello barco, una tendencia que no solo está presente en el universo nupcial, sino que trasciende al mundo de las invitadas e, incluso, al streetstyle.

El escote se complementa con una manga corta que cubre el antebrazo de la cantante y hace del vestido un diseño actual y elegante. El diseño se completa con una falda de princesa a la que se le da forma con una pieza de organza de seda extraíble que parte de una cinturilla ornamentada con encaje y pasamanería.

El velo y la cola, dos elementos clásicos en los looks de novia, también estuvieron presentes, pero Ana también quiso apostar por la comodidad: "Realmente la cola es una sobrecola, que cuando me la quito estoy con un vestido de tubo y eso, en mi cabeza, era impensable”, declara a la revista. Ana decidió dejar sus melena castaña suelta peinada con unas suaves ondas que caían sobre su clavícula al descubierto.

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Y si la novia apostó por un buen numero de elementos clásicos para su look, el actor quiso romper con las pautas establecidas para los estilismos de ellos y lució un traje diferente confeccionado por la sastrería Fernández Prats. Las prendas las escogió en un color gris grafito y quiso sustituir una pieza tan vista como la americana por una levita entallada con botonadura simple y cuello mao, el detalle más especial que le da un aire oriental al look. forma en la chaqueta quedaba, además, a la altura justa para resaltar el gran tatuaje que el artista luce en el cuello.

La pieza lleva los botones a juego, tanto en la botonadura central, como en la manga y está diseñada con bolsillos de plastrón en la zona de la cadera. Víctor decoró uno de los laterales de su chaqueta luciendo un ramillete de flores blancas. “Tenía claro que no quería ir de novio al uso… Así que, trabajar con la sastrería Fernández Prats ha sido una maravilla: les conté la idea y acertamos”, ha confesado en el semanal.

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