Si hay una persona que marca tendencia sin proponérselo, esa es la reina Letizia, pues todo lo que se pone es examinado con lupa siempre. Looks que han ido evolucionando a lo largo del tiempo, y cuya artífice es su estilista Eva Hernández, con quien trabaja mano a mano desde hace años. Si hay algo que se puede sacar en claro de sus gustos y preferencias son dos puntos clave.

Por un lado, que siempre intenta apoyar el ‘made in Spain’, y también que, si un accesorio le gusta, no se lo piensa dos veces a la hora de lucirlo hasta la saciedad. Uno de los últimos ha sido precisamente un anillo del que no se separa desde inicios de este año (y que llevó en su retrato de Annie Leibovitz, siendo uno de los detalles más comentados) que parece haber reemplazo al de Karem Hallam, que lució durante años.

Se trata de una pieza de la firma italiana Coreterno, conocida por su combinación de diseño minimalista y profundo simbolismo. Este anillo, bautizado como ‘Amor Che Move’, no solo destaca por su elegancia, sino también por el mensaje grabado que evoca el poder eterno del amor, alineándose con la filosofía de la marca. Pero ¿qué hace tan especial a esta joya? Y, más aún, ¿qué historia hay detrás de Coreterno, la firma que la creó?

Coreterno, que significa ‘corazón eterno’, es una firma romana que fusiona tradiciones artísticas italianas con una perspectiva contemporánea. Fundada por Michelangelo Brancato y Francilla Ronchi, la enseña destaca por crear piezas donde suele haber mensajes muy positivos grabados en ellas.  Además de su línea de joyería, ofrece velas, perfumes y otros objetos diseñados para evocar emociones y promover un enfoque espiritual de la vida.

Tal y como han explicado a diversos medios de comunicación, los fundadores de la marca contaron que se puso en contacto con ellos una clienta española, y que de hecho, fue su primera venta para este país. También declararon sentirse muy orgullosos de dicha compra y que, desde que lo ha lucido Letizia, han entrado bastantes personas españolas a su tienda del centro de Roma, preguntando por la pieza.

No sabemos si el anillo ha sido elegido por Letizia o su estilista, pero lo cierto es que refleja su inclinación por accesorios que combinan historia y estilo. Su diseño discreto y simbólico encaja con su personalidad y ha captado el interés tanto de expertos en moda como del público en general, reafirmando su capacidad para dar protagonismo a piezas cargadas de significado.

Fabricado en oro y con un grabado que, tal y como su nombre indica, celebra el amor eterno, la pieza representa un equilibrio entre minimalismo y significado. Su precio, alrededor de 1.000 euros, lo sitúa en el segmento de lujo asequible (teniendo en cuenta que en el joyero de la Reina encontramos piezas con un precio mucho mayores).

Ahora solo queda saber si durante el 2025 Doña Letizia seguirá tan enamorada de la pieza como en 2024, o si decidirá incluir más piezas de la firma a su joyero. Habrá que esperar para comprobarlo.

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