La Semana de la Moda de París sigue su curso y ayer le toco el turno a la firma Tom Ford, en la que Haider Ackerman acaba de estrenarse como director creativo. Este evento se convierte en una reunión internacional en la que desfilan las mejores firmas de la industria y hasta la capital francesa se desplazan rostros representativos de la moda de todos los rincones del planeta: desde Carlota Casiraghi, a Naomi Campbell. Más allá de esto la pasarela es un termómetro para medir las tendencias que más se van a ver meses después en la calle, unas nuevas, pero otras no tanto, pues ya se han propuesto en temporadas anteriores. Es el caso de los zapatos Salomé, uno de los preferidos de la empresaria Marta Ortega, a la que ya se los vimos hace unos meses.
Tom Ford, de la mano de Ackerman, ha querido rescatar esta tendencia y se ha utilizado como complementos en muchos de los looks que ha subido a la pasarela. La expectación era absoluta por conocer cómo iba a ser el debut del francés frente a la firma fundada e 2005 y optó por arriesgar poco: se vieron estilismos fieles a la esencia de la marca. En los looks se pudieron identificar faldas satinadas, prendas de cuero y pantalones de tiro bajo, una tendencia que vuelve con fuerza. A pesar de que el negro fue protagonista, sí se introdujeron algunos puntos de color, algo que no suele ser habitual en la firma. El mencionado calzado se integra en todas las propuestas mencionadas, aportando altura y comodidad por su capacidad de sujeción.
Marta Ortega ya tiene en su armario estos zapatos que se caracterizan por tener una tira que une la parte delantera con la pulsera formando la llamada 'té'. Escogió un modelo muy parecido a los que hoy presenta el diseñador francés y los combinó con un vestido negro de corte al tobillo con estampado de lunares blancos, otra tendencia que veremos mucho esta primavera de 2025. Esto provocó que se desatara la locura por este calzado de estética vintage y las tiendas 'low cost' lanzaron sus modelos. Parece que la fiebre continúa y se ha trasladado a las firmas más lujosas.
La marcada estética retro de este calzado imprime carácter a cualquier estilismo en el que se integre y el creador francés ha querido darle su dosis de protagonismo. Lo ha conseguido combinando la pieza con prendas que cortan a la altura del tobillo. Por ejemplo, pantalones de estilo carrot que cortan a esta altura, de forma que es crea una línea divisoria que hace que el ojo ponga el foco sobre esta zona. Su terminación en punta, igual que los que escogió en su momento Marta, también es una elección inteligente porque hace que se alargue la silueta y se vea más estilizada. Por último, la pulsera y la tira que forma la 'té' ofrecen mayor sujeción al pie, sin restar elegancia.
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