Cuando nos iniciamos en el mundo de los sujetadores y deseamos hacernos con el primero, nos surgen dudas, pero pasan los años, ya tienes tus prendas íntimas más o menos controladas y, aunque lo principal será encontrar un sujetador con el que te sientas a gusto y puedas desarrollar tu día a día con normalidad, la pregunta sigue ahí: ¿cómo puedo saber mi talla exacta y no equivocarme?

Para calcular tu talla de sujetador lo primero que tendrás que hacer será tomar tus medidas. Para medir tu pecho tendrás que tener en cuenta dos alturas; la del propio busto y la del contorno. Lo mejor para tomarse bien las medidas será haciéndolo con un sujetador sin relleno puesto.

Para ello, coloca la cinta métrica alrededor del cuerpo, justo en la zona donde acaba el pecho, y el cuerpo hace una pequeña hendidura al comenzar la costilla. Es muy importante que la cinta esté recta y bien colocada. No tendrás que apretar demasiado ni tampoco dejes la cinta métrica sin tensión, para que la medida sea lo más ajustada posible.

Para la segunda medida tendremos que volver a situar la cinta alrededor del cuerpo, aunque esta vez a la altura de tus pezones. No aprietes demasiado, pero tampoco tomes la medida con holgura. Para tomar la medida del busto en la parte superior también tendrás que llevar un sujetador sin relleno puesto, para que esté colocada a la altura correcta. Cuando ya tienes todas las medidas lo siguiente será calcular tu talla de sujetador.

Podrás utilizar un calculador de tallas. Para ello, tendrás que meter las medidas adecuadas y hacer clic en calcular. Si no obtienes ningún resultado querrá decir que tus medidas no se corresponden al cien por cien con los valores memorizados en la calculadora. Pero eso no significa que no exista tu talla.

Además de tu talla ideal, los resultados arrojarán un poco de luz sobre las equivalencias de talla; una más ceñida y otra más holgada. Este tipo de calculadoras podrás encontrarlas en cualquier portal de internet o en la misma tienda de lencería.

Otra manera de calcular nuestra talla de sujetador será a través de la tabla de tallas. Esta es una gran aliada para cuando, por ejemplo, la calculadora no nos da un resultado concreto. En primer lugar, tendrás que encontrar en la columna de la izquierda el intervalo que incluye las medidas de tu contorno -la primera medida que hemos realizado-. Así, conocerás tu talla de contorno (85, 90, 115…). A continuación, tendrás que buscar en esa misma fila hacia la derecha qué intervalo incluye tu medida de pecho -la segunda medida que hemos tomado-. Esta será nuestra copa (A, B, C…).

Algo que tendrás que tener en cuenta es que las medidas son solo un indicador y que tendrás que ser tú quien busque tu propio bienestar. Cuando hayas obtenido el resultado, siempre puedes optar por esa talla o alguna de sus equivalencias. Estas tallas van variando, de una espalda más ajustada o menos, mantienen la talla de la copa que mejor se adapta a tu cuerpo.

Por ejemplo, si tu resultado ha sido una 100E, siempre puedes elegir una 95F, que te irá mejor si lo que quieres es una espalda ajustada. Si deseas un efecto más suave podrás optar por la 105D. Cabe destacar que la copa no es universal y que cada una lo es en proporción a su espalda, por eso varía cuando vamos buscando su equivalencia.

Elegir una buena talla de sujetador será tan importante como elegir uno que se adecúe a tu pecho. Tal vez lo que quieras es levantar el pecho caído, darle una nueva vida o, por el contrario, disimular el tamaño o aumentar su volumen. Aún así, en ningún caso, subir o bajar una talla incrementará la efectividad de tu sujetador.

Por ello, llevar un sujetador más pequeño no hará que tu pecho se vea más alzado, solamente será molesto. Llevar una talla de sujetador errónea puede causar marcas y lesiones en la piel, además de acelerar su proceso de envejecimiento y su posterior caída.

Al tomar tus medidas, podrás saber la copa de tu sujetador y, también, la copa del sujetador y la espalda. Estas dos compondrán la talla. La letra corresponderá a la copa y el número a la espalda, que siempre va en proporción. Si cambias tu talla de espalda, porque has ganado o perdido peso, tendrás que modificar la letra. Lo mejor será que al cambiar la talla de sujetador consultes a algún especialista o busques un sostén con parecida equivalencia. Aunque tendrás que saber que cada cuerpo es un mundo y lo mejor será que te dejes aconsejar por esas personas que saben.