La mayoría de sus conciertos los hace descalza. Este signo, distintivo de la cantante desde sus inicios, puede darnos alguna pista sobre las principales características de su estilo en las sandalias, pero desde luego no definitivas. Una cosa es no llevar nada y otra muy diferente llevar algo “sencillo”. Si añadimos a la ecuación los rasgos derivados de los ritmos árabes, tribales y brasileños que añade a muchas de sus canciones, quizás consigamos estar más cerca de lo de “étnicas y con mucho color” que recogen varios medios especializados en moda.
Sin embargo, la realidad de su zapatero se impone. En un recorrido por los photocall, entregas de premios y eventos varios a los que la artista ha acudido recientemente, descubrimos para nuestra sorpresa dos cosas. La primera, que allá donde vaya reina con contundencia la plataforma (roja, azul, negro o incluso transparente). Un recurso con una clara intención funcional, ya que le ayuda a sumar centímetros de altura, útil sobre todo cuando aparece cerca de su futbolista favorito.
La segunda es que es más habitual de lo que parece verla repetir en los pies modelos que se nutren de la potencia del plateado, el glamour del dorado y la contundencia del negro. Eso sí, unas veces tendente a lo sexy y otras a la desmesura ‘choni’. Menos es más.
Sobre todo en lo relativo a los modelos en color negro, la bipolaridad es subrayable. En botas a media pierna, en zapatos abiertos, en taconazos con cordones a lo siglo XVII… el repertorio es amplio y no siempre el resultado podría definirse como extremadamente elegante. Habrá que esperar para ver el resultado final de sus diseños. De momento, sus fans están impacientes.