Como cada año, Nueva York se convierte en centro del mundo donde dan comienzo todos los desfiles de la temporada. Después de un año en el que han sido contados los eventos que se han podido celebrar por culpa de la pandemia, septiembre llega con la ilusión de poder ver lo que tienen preparado los grandes diseñadores para la colección Primavera- Verano 2022. Y este regreso presencial a las pasarelas ha estado marcado por el desfile de Carolina Herrera, que tuvo lugar en un palacete en pleno Manhattan.
Esta colección, además de ser especial porque deja atrás los desfiles virtuales que se llevaron a cabo durante la pandemia, también ha tenido una gran relevancia por ser la celebración de los 40 años de la marca. Para ello, Wes Gordo, el director creativo de Carolina Herrera, ha querido hacer un tributo al “glamour, la diversión y la irreverencia” de principios de los 80.
Los colores, las texturas y los estampados de las nuevas prendas nos han permitido recordar las primeras colecciones de la marca, como aquella de la Primavera – Verano de 1983. Sin duda, las flores y los lunes, que siempre han sido dos de las características más distintivas de la casa, se mezclan para traer novedades y nuevas formas de arriesgar.
Los vestidos con muchísimo vuelo fueron algunas de las prendas que más destacaron en el desfile. En esta colección, sin duda, el protagonismo se lo han llevado las mangas, que se caracterizan por su forma de globo, farol e incluso alguna hombrera.
En cuanto a los estampados, las flores y los lunares se combina de una forma muy original. Ambos han sido siempre una seña de identidad de Carolina Herrera, pero en esta nueva colección se mezclan para romper con la seriedad y dar un toque de color. Tampoco pasa desapercibido el cuadro vichy, como en este conjunto de minifalda y chaqueta que combina el rosa y el rojo.
El blanco y negro y las rayas han tenido relevancia en otros de los diseños que ha presentado Wes Gordo. Otros diseños, también en estos colores, tenían plasmadas letras. Todos ellos, sin duda, marcan una vez más la elegancia y diferencia por la que siempre se ha caracterizado Carolina Herrera en estos 40 años de vida.