Cuando hablamos de ropa interior, hay colores que provocan una asociación de ideas inmediata: el negro es sexy, el blanco es puro y el color carne es de abuelas. Las medias y pantis nude no se libran de este estigma, por mucho que las pasarelas de moda (Gucci o Helmut Lang entre otros) hayan intentado en más de una ocasión que se conviertan en tendencia.
La mala fama de las medias color carne viene de lejos y se debe a que, hasta hace muy poco, los catálogos eran poco inclusivos y los tonos de las medias en poco o nada se parecían a la piel humana. Otra de sus denostadas características es que o brillaban o te hacían la piel mortecinamente mate y, para terminar de sumar defectos desde que el panty llegó nuestras vidas, las cinturillas estaban diseñadas para sacar lorzas de donde incluso no las había.
Todo esto ha cambiado radicalmente. En primer lugar, porque muchas firmas han optado por incorporar a sus colecciones mayor diversidad de tonalidades color piel, cabe destacar el modelo ‘The Nude’ de Heist o el ‘Pantis Essential Invisible’ de Calzedonia con 7 y 6 tonalidades nude respectivamente en sus catálogos. Además, ya es fácil encontrar medias color carne que no llevan costuras, no brillan, no aprietan y se adaptan a la forma del cuerpo.
Salvados los primeros escollos relacionados con su estética, queda superar el segundo, el prejuicio social. En general no están bien vistas -salvo en la casa real británica donde son prácticamente obligatorias-, de hecho, muchas mujeres prefieren llevar las piernas desnudas antes que enfundarlas en unas medias color carne.
Partiendo de que hay opciones más interesantes que las medias nude, que no aportan nada a un look y que ni siquiera abrigan lo suficiente como para convertirse en una pieza imprescindible de cualquier estilismo invernal, si te gustan y crees que mejoran el aspecto de tus piernas debes saber cómo y con qué usarlas.
Uno de los casos en que las medias nude son aceptables es cuando te vistes con un colorido más claro que el de tu piel. En este caso, y teniendo en cuenta que optar por unas medias blancas tipo enfermera es casi peor que la solución del color carne, pueden ser bienvenidas. Asegúrate de acertar con el tono y evitar que brillen porque te puedes cargar todo el conjunto.
Si vas a usar un calzado blanco o nude, ya sean botas o zapatos, lo ideal sería no llevar medias, pero estás ante otra de esas posibilidades en las que usar unas medias nude puede tener sentido. Si necesitas un poco de protección para tus piernas no intentes hacer malabares con estampados o colorines, las botas y zapatos blancos ya son suficientemente complicados y lo mejor es recurrir al color carne para no empeorar las cosas.
Si las medias color carne te recuerdan a tu abuela no es casualidad y de hecho otra posibilidad es que quieras añadir a tu look lady like algunos detalles vintage. Camufladas entre otros objetos, hay diversas opciones como un bolso o alguna joya, puedes incluir unas medias nude para completar el estilismo. No hay nada más vintage que unas medias color carne y a quien te pregunte con cara de asombro por qué las llevas, aclárale que forma parte del estilismo y que lo has hecho de manera intencionada.
Otro momento en la que pueden encajar las medias color carne es cuando no se ven demasiado y es el caso en que las combines con un vestido largo de gran abertura que deje las piernas al descubierto cuando te mueves. Baraja esta opción sólo si no estás dispuesta a enseñar tu propia piel o si estás segura de que unas medias pueden ayudar a mejorar mucho su aspecto.
Cuando se eligen estampados, patrones o colores muy potentes la intención es no distraer la atención de ellos, así que hay que evitar cualquier elemento añadido, incluso unas medias. Aunque de nuevo lo ideal sería hidratar tus piernas y lucirlas sin más, quienes no lo contemplen como opción pueden recurrir a las medias nude para evitar recargar en exceso un look que es ya por si mismo es exagerado.