A la caza del chollo: seis consejos prácticos para arrasar en tiendas vintage, por Rebeca Terán
Lo primero que necesitas antes de ir a una tienda vintage es respirar hondo y concienciarte de que vas a entrar a una tienda repleta de historias, chaquetas que han vivido primeros besos en el cuello, pantalones que han recorrido mundo o ese pañuelo que un día vivió ese movimiento de melena al viento. Por eso mismo, para poder apreciar ese encanto, necesitas no ir con prisa y darte tu tiempo.
Una vez que entras por la puerta, el olor te traslada a la casa de tu abuela. No os voy a engañar: muchas veces el olor a historia no es agradable, pero eso no es lo más importante. Los colores y estampados te trasladan a las playas de Hawai, a los cafés de los años 80 y a las chaquetas que llevaba el mítico amante de 'El Príncipe de Bel Air'.
Otro consejo que puedo daros es la importancia de probarse las cosas. Es muy importante aportarle tu estilo a la ropa, ya que muchas veces renegamos de algunas prendas simplemente al verlas. Y eso es un error: cada cuerpo es un mundo y pueden pasar cosas estupendas cuando arriesgas.
Recuerda que estás comprando prendas que han pasado por muchas situaciones y puede que tengan algunas taras. Por eso mismo comprueba que todo este en orden. También os digo que si alguna vez me encuentro un bolso de Louis Vuitton por 20 euros y no le funciona bien la cremallera, puede que me dé un poco igual. Aquí va el criterio de cada uno. Todo esto no quiere decir que toda la ropa de la tienda esté estropeada: para nada. Muchas veces, ropa de 20 años de vida tiene mejor aspecto que mi jersey favorito de la temporada. Solo sobreviven los valientes.
Y si quieres saber el resto de secretos que nunca antes había compartido, solo tenéis que ir a la pantallita con mi cara y darle al play. Recordad, la ropa no viste a las personas, la actitud es la que se encarga de eso.