Su militancia conservadora quizás hace que sorprenda más el gusto de la delegada del Gobierno en Madrid por los tatuajes, pero el caso que es tiene nada menos que cinco, aunque bastante discretos, repartidos en su cuerpo. Cada uno tiene que ver con un momento importante de su vida: unas letras chinas en la muñeca derecha, una estrella, una rosa, un tribal y dos soles en los tobillos que representan el nacimiento de sus dos hijos.
No dispone de mucho tiempo, y por eso es ella quien se maquilla y se peina, según declara. La coleta en la que recoge su melena rubia es ya una de sus señas de identidad, y forma parte de su estilismo de trabajo. Pero en contadas ocasiones también 'se suelta la melena', literalmente, e incluso en alguna ocasión la hemos visto exhibir pelo cuidado y perfectamente rizado, que se hace ella misma con una plancha.
Algo con lo que nunca la veremos es con trajes ceñidos, tirantes o escotes pronunciados. Ella tiene su traje de trabajo y procura que no sea llamativo. Además, tal y como aseguró a ‘La Otra crónica’, hace mucho que no invierte en moda porque tiene un buen fondo de armario que ha ido acumulando durante los últimos 30 años.
Y es cierto que en su fondo de armario debe haber mil faldas y mil chaquetas, y de mil colores, y muchas de silueta 'peplum'. Fucsias, amarillas, en tonos pastel, azules celestes... El Pantone de Cifuentes es amplio, aunque la hemos visto acudir a diferentes actos con look 'total black'. Pero siempre pone una nota de color, habitualmente con levitas y chaquetas de estampado étnico. A veces ha usado levitas de Muzungu Sisters, la marca de Tatiana SantoDomingo, y la roja y negra casi torera que llevaba recientemente (en la foto de abajo, a la derecha) reflejaba que también los vips usan estilismos low cost, ya que era de Zara.
Define su estilo como 'cómodo' y es cierto que en sus looks diarios suele elegir pantalones, a la vez que intenta ir adecuada en cada ocasión y en consonancia con su cargo. Sin embargo es raro, muy raro verla con zapato plano. Más bien con altos tacones, plataformas, botines y también 'peep toes'.
En el ámbito familiar, se considera mala ama de casa. Su marido, Javier, es el que se encarga de los fogones, porque ella ni cocina, ni quiere. Tiene alergia a los gatos, pero Cleo es como una hija más. Vive en Malasaña, y los domingos aprovecha para pasear por sus calles. Eso sí, siempre con el móvil, y nunca en moto. Desde el grave accidente de moto que sufrió, y tal y como les prometió a sus hijos, Cifuentes no ha vuelto a subirse a ninguna.