¡Esto es lo que se mueve en París!

Adela Leonsegui 22/01/2013 13:41

Esta es la segunda colección de Dior Haute Couture firmada por el diseñador belga Raf Simons, quien se estrenó, con gran éxito, en el desfile de otoño/invierno y que ayer, en el Jardín de las Tullerías, exhibió su colección para la primavera/verano de 2013.

El corte de pelo pixie (¿alusiones a Anne Hathaway?), los brillantes labios rojos y el eye liner de las modelos, todo muy francés, fue el punto común de todo el desfile.

En cuanto a las siluetas, vimos las clásicas de la Maison: los volúmenes recuerdan a aquél new look que en el año 1956 hizo que Christian Dior renovara la figura de las mujeres de mediados del siglo pasado, estrechando al máximo las cinturas para dar paso a piezas inferiores en forma de campana.

Mucho bustier acompañado de pantalones pitillo o de enormes faldas. Lisos o floreados, en color pastel o flúor, en relajados grises y severos negros, o en blancos impolutos.

Vestidos de cocktail, a media pierna, que recuerdan a los veinte por el movimiento de los tejidos, los estratégicos cortes, las espaldas descubiertas y los escotes art decó, acompañados de preciosistas detalles detalles como los bordados guantes largos o las rosas suelas de los zapatos.

Siluetas globo que forman vestidos-jardín en tonos pálidos, metálicos o vibrantes rojos de sedas y tules con piezas aplicadas y bordados exquisitos.

Modernas ninfas-novias tocadas con complicados gorritos plagados de flores y con estrechos vestidos que se abren desde la cadera hasta alcanzar el suelo como corolas de flores.

En el Jardín de las Tullerías las modelos iban y venían, se cruzaban, se miraban, se mezclaban, se admiraban y se dejaban admirar.

Una colección en claro homenajea a la primavera, a los jardines, a las flores, que se impregna de los colores de la naturaleza y que promete convertir las calles en un vergel, porque aunque la alta costura no sea ni mucho menos para todas, es siempre una inspiración o, mejor dicho, una aspiración.