La noticia de la ruptura sentimental de David Delfín y Pelayo Díaz cogía a todos por sorpresa, sobre todo después de verlos hace apenas unos días en la Fashion Week Madrid cogidos de la mano presentando su última colección conjunta. Pero sin duda al que más le sorprendía era a un tercer diseñador, Eduardo Rivera, que de repente se veía inmerso en esta historia al insinuarse que era el nuevo novio de Pelayo.
Trabajando en la Feria de Moda de París, Eduardo se ponía en contacto con los medios para desmentir su relación con el bloguero, “al que he visto dos veces en mi vida con un simple saludo. No le conozco de nada más, es una persona ajena a mí en todos los sentidos y a David Delfín creo que no le he visto nunca. Todo eso es un disparate, es fácilmente comprobable”.
Como no hay mal que por bien no venga, este rumor nos ha permitido descubrir y conocer un poco mejor a uno de los nuevos valores de la moda nacional, un hombre que ha sabido actualizar un negocio familiar basado en la alta costura para llegar al gran público con un modelo empresarial digno de estudio.
La historia comienza con su madre, Elisa Rivera, diseñadora de cabecera de alguna de las mujeres más influyentes de este país desde que montó una pequeña tienda multimarca y taller de costura en San Agustín de Guadalix (Madrid). Eduardo ayudaba a su madre mientras proseguía con sus estudios. Curiosamente, su primer título es en Económicas y en Dirección de Empresas para posteriormente especializarse en diseño de moda por la Universidad St Martins de Londres. En sus comienzos en el mundo laboral, Rivera trabaja como consultor en fondos de inversión en Méjico y Japón, y cuando llega a España decide echar una mano en la empresa familiar.
Así se gesta la expansión internacional de la marca de su madre y se prende la llama de su primera colección de hombre con su propio nombre, ese que ahora ocupa los escaparates de dos tiendas en el centro de Madrid y que pronto compartirán con una tercera. Además, abre la tienda online: 24 horas al día, 7 días de la semana, sin festivos, para adquirir sus prendas.
Todo un broker entre costuras que, a sus 36 años, se ha hecho con un hueco entre los más elegantes de la capital y que ha vestido a personalidades como Alejandro Amenábar, Gloria Lomana o María de Villota, aunque tener entre sus clientas a la mujer más poderosa del Gobierno español es lo que ha causado más expectación.
Soraya Sáenz de Santamaría causó sensación con sus looks en el Día de la Hispanidad y en la boda de Pablo Lara y Anna Brufau. Ambos estilismos viene de la mano de Eduardo Rivera, que tímidamente asegura que “es una clienta más. La aconsejo, pero no he cambiado su estilo”.
"Ella tiene mucho criterio. Como toda mujer, sabe lo que le gusta y lo que no. No quiere llamar la atención. Busca que su imagen no distorsione su discurso político. Quiere que se hable de lo que dice y no de lo que lleva puesto", comenta Rivera sobre la Vicepresidenta.
Su último gran éxito se sitúa, sin embargo, en un terreno que el madrileño controla mucho más, la pasarela. En el pasado MFSHOW Men de Madrid, Eduardo Rivera presentaba las prendas de su nueva colección que se inspira en los motivos militares, con ceñidas gabardinas cortas, pantalones baggy, los detalles años 50 y la artista Marina Abramovich. Rivera se atreve con los maxibolsos, las gafas de sol con montura de colores y apuesta claramente por las zapatillas de running.
Las redes sociales son su otro gran fuerte. Facebook y Twitter nos muestra el lado más formal de la marca y en Instagram nos encontramos con un Eduardo que disfruta a tope de la vida, muy cosmopolita, rodeado de sus amigos y luciendo sus propias prendas para que los señores se inspiren. Lejos de polémicas, Eduardo se centra en sus tiendas y en sus clientes, poderosos o no tanto, que hacen que su nombre siga creciendo.