Las joyas reales más significativas: así las han lucido sus reinas y princesas europeas en los eventos más especiales

  • Las casas reales poseen las colecciones de joyas más impresionantes que puedas imaginar.

  • Es el caso de, por ejemplo, la reina Letizia quien luce hasta dos tiaras con diamantes.

  • O, también, de la reina Isabel II, quien tiene una impresionante colección en el Palacio de Buckingham.

Si hay algo que les gusta a nuestras royals es lucir piezas exclusivas. Por eso, no es de extrañar que las casas reales guarden entre sus paredes joyas de hace varios siglos que las princesas y las reinas aprovechan para lucir en las ocasiones más especiales, como un gran evento o una boda. Pero, ¿cuáles son las joyas más exclusivas de las principales casas reales?

La tiara de la Flor de Lis de la reina Letizia

La primera que tenemos que mencionar, por proximidad, es la Casa Real española. Una de las piezas más únicas que guarda el palacio de la Zarzuela es la tiara de la Flor de Lis. En ella, aparecen tres flores de lis, el emblema de la Dinastía Borbónica, y se considera una de las piezas más representativas y exclusivas.

Esta joya fue encargada por Alfonso XIII como regalo de bodas a su mujer en el año 1906. Es más, Victoria Eugenia la estrenó ese mismo día. La tiara se ha ido adaptando a las tendencias de cada momento y, por eso, ahora es más abierta que lo era en un principio. Lo que sí se ha mantenido con el paso de los años ha sido el diamante de 10 quilates que se encuentra en la flor central. La reina Letizia la ha lucido en innumerables ocasiones, al igual que lo ha hecho la reina Sofía.

La tiara floral, un regalo de Franco

Una de las preferidas de Letizia es la tiara floral y es por ello que hemos podido ver a la royal luciéndola en numerosas ocasiones. Ha recurrido a ella tanto cuando era princesa como, ahora, de reina. La pieza está caracterizada por su versatilidad y puede utilizarse como diadema, collar y dividirse hasta en tres broches. Esta fue un regalo de bodas de Franco a Doña Sofía.

El rey Felipe regaló a Letizia su propia tiara

La reina Letizia tiene su propia tiara, un regalo del rey Felipe en el año 2009. La joya está compuesta por 450 diamantes y 10 perlas australianas en la que destaca una Flor de Lis situada en la parte central y que se puede desmontar como broche.

La reina Isabel II suele lucir la Tiara Girls of Great Britain

La familia real británica también tiene una buena lista de joyas. Además, desde los tiempos de María Victoria, estas se dividieron entre aquellas que pertenecían al Estado y las otras, que eran personales. La reina Isabel tiene sus propias joyas guardadas en el Palacio de Buckingham, constituyendo una de las colecciones más extensas e impresionantes de la historia.

La colección está integrada por una numerosos ejemplares, como el Collar de Nizam de Hydrerabad, la Tiara de Estado, la Tiara Halo de Cartier, el Collar Delhi Durbar y el Broche Williamson. Una de las más destacadas es la Tiara Girls of Great Britain, un conjunto formado por una ligera diadema de diamantes y un collar con 25 gemas del que cuelgan varios diamantes con forma de gota de agua. Por su parte, la tiara de Zafiros belga tiene un gran valor sentimental para la monarca y perteneció a María Luisa de Bélgica.

La familia real monagesca tiene una infinidad de joyas de Carlota de Mónaco

La familia real de Mónaco también tiene varias joyas que son su fetiche. Al morir la princesa Carlota de Mónaco, le dejó todas sus joyas a su nieta Carolina, ya que negó rotundamente a dejárselas a su nuera Grace Kelly, desviando la línea sucesoria y saltándose una generación.

Pero estas no fueron las únicas joyas que ha heredado Carolina de Mónaco, también recibió los tesoros de su madre, Grace Kelly, y, cuando se casó con Ernesto de Hannover recibió las gemas por parte de esa rama de la familia real europea. La pieza más conocida de la dinastía Grimaldi es un conjunto muy versátil de broches de clip en platino y oro.

Además, la familia real monegasca tiene en su poder otra joya como es la tiara de Cartier Pearl Drop, que está fabricada en oro y platino con diamantes y perlas colgantes en forma de pera. Fue un regalo del conde Pedro de Polignac a su esposa, la princesa Carlota de Mónaco. Ahora, las suele lucir la princesa Carolina.