A estas alturas de la primavera lo que más apetece es empezar a cambiar nuestra manera de vestir. No sólo porque hayamos abusado de la ropa de estar en casa (necesidad obliga), hubiera pasado exactamente igual de no haber sido así porque no hay nada más apetecible que empezar a estrenar tendencias de primavera verano.
Las de la temporada 2020 combinan lo sobrio y lo sexy mediante prendas masculinas y femeninas, ya sea por separado o, siempre que sea posible, mezcladas en el mismo look. Prendas de los setenta, ochenta y noventa se reinventan para adaptarse al estilo de la mujer del siglo XXI. Las bermudas, los trajes masculinos o los monos conviven con los vestidos voluminosos y los tops minúsculos, del mismo modo que los estampados de flores pasarán la temporada junto a los tejidos vaqueros.
Una de las tendencias claras de esta primavera son los trajes masculinos para mujer, especialmente los que van acompañados de chaquetas amplísimas y sin prendas visibles debajo. La colección de esta primavera verano incluye modelos en tonos pastel o en colores vibrantes y también versiones de estilo masculino en raya diplomática o de cuadros. Lo ideal es que los combines con prendas y complementos que lo hagan muy femenino, como unas sandalias de tacón, un bolso minúsculo o un collar que adorne el escote.
El vaquero es uno de los reyes de la primavera porque es un tejido de algodón que cuando las temperaturas son muy bajas no abriga y cuando suben mucho da demasiado calor. Este año, con la fiebre setentera, viene pegando muy fuerte: en pantalones, faldas, camisas, chaquetas, cazadoras, monos, shorts, bermudas… y especialmente en total look. Jugar con distintos lavados para componer un patchwork de diferentes prendas o hacerte con prendas que sean de la misma tintada es solo cuestión de gustos, lo importante es vestir denim de pies a cabeza.
Otra de las tendencias de esta primavera verano es el mono de trabajo, una prenda muy funcional que el street style ha sacado del armario tradicionalmente masculino (y de taller) para convertirlo en una pieza súper femenina. Cíñelo bien a la cintura para que marque bien tu figura y podrás combinarlo igual de bien con botas altas, deportivas o sandalias de tiras. Súmale varios complementos que lo saquen aún más de su origen, como un sombrero, un bolso de mano, unos pendientes kilométricos o una barra de labios roja.
Las bermudas llegan con intención de reinar en el setret style durante la primavera y el verano. Son perfectas para llevar con blazer si te apetece llevar una versión deconstruida del traje de chaqueta masculino. Las vaqueras deshilachadas, como cortadas a mano, son otra de las tendencias que va ganando adeptas cada día. Puedes usarlas para tus looks más informales, pero si te atreves a llevarlas con una camisa masculina y sandalias kitten heles o con una blusa y botas militares, puedes conseguir un lookazo para la oficina.
Todas estas tendencias de aire masculino son perfectas para que una mujer las combine con tops minúsculos, de los que dejan el ombligo fuera a los que tienen el tamaño y el patrón de un sujetador. Esta prenda también ayuda a crear looks especiales si la superpones a camisetas, camisas masculinas o vestidos camiseros, pero también puedes llevarlos debajo de los trajes de chaqueta y de los monos o con faldas y pantalones de talle alto.
Los grandes volúmenes tienen a sus mejores aliados en los vestidos, ya sean cortos o largos. No importa si eliges protagonista a las mangas, el cuello o la falda, lo importante es que haya un equilibrio en el patrón y que tu cuerpo no desaparezca bajo un montón de tela. Si el cuerpo es muy amplio, apuesta por los tirantes muy finos, si las mangas son enormes, mejor que el talle vaya ceñido. Si te decides por una falda de grandes dimensiones, sentará mejor si el largo llega como mínimo a media pierna.
Otra de las tendencias de la primavera verano 2020 igual de apetecible son los vestidos de punto que llegan arrasando esta primavera. Los encuentras de tres tipos: minimalistas, arquitectónicos y de aire boho. Los primeros son de colores lisos, con patrones simples y sin adornos. Los segundos sorprenden con patrones poco convencionales a base de asimetrías y volúmenes. Los terceros llevan el sello setentero del hecho a mano potenciado con calados y mezclas de color.