Andrés Sardá ha muerto a los 90 años en Barcelona. El sector de la moda pierde así a un pionero que revolucionó la lencería femenina, dándole su lugar en la industria y conviertiéndose en el primer diseñador en colocar la ropa interior sobre las pasarelas. Recopilamos siete hitos por los que Andrés Sardá, cuya marca sigue más vigente que nunca, revolucionó nuestra forma de ver la lencería.
Para entender por qué se le define con el término "revolucionario" debemos remontarnos a finales del siglo XIX, cuando su familia trabajaba en una fábrica textil. Allí fue donde percibió que la ropa interior no tenía el lugar que merecía. Era oscura y sin sentido de la estética. "Casi ortopédica", como la tildó su hija Núria en una ocasión para poner en valor el mérito de su padre.
Por su estrecha vinculación con el encaje, esta fábrica textil fundada por el padre de Sardá estaba especializada en la confección de mantillas. De hecho, dos años antes de que Andrés decidiese romper las reglas y crear su propia firma, la mismísima Jackie Kennedy confió en ellos para el diseño de la mantilla que lució durante una visita al Vaticano.
En los años sesenta, Andrés Sardá decidió imponerse y hacer su propia revolución textil. Muchísimo antes del boom de Victoria's Secret, este barcelonés ya vio que la lencería femenina también podía ser alta costura. Tejidos de lujo, diseños delicados, comodidad y sensualidad fueron algunos de sus mantras a la hora de fijar su imagen de marca, incorporando nuevas texturas a la ropa íntima como la lycra. Lo importante ya no era (solo) la funcionalidad, sino encontrar la belleza y el empoderamiento en la lencería.
Poco a poco, a pesar de la poca amplitud de miras con la que se topó en sus comienzos, Andrés Sardá fue encontrando su sitio en la moda. Así, la firma ANDRÉS SARDÁ (en mayúsculas) fue innovando con cada colección, apostando cada vez más por potenciar el atractivo de sus diseños. La marca ya había encontrado su identidad, y en 2003 abrieron su primer punto de venta en Madrid, en el barrio de Salamanca, para trasladarse 12 años después a Barcelona, donde todo comenzó.
El diseñador Andrés Sardá no solo encontró el éxito con su firma, sino también el reconocimiento del sector. Entre los muchos reconocimientos que ha recibido a lo largo de su carrera, el Premio Nacional de la Moda fue uno de los más importantes, entregado por la reina Letizia. También cuenta con el premio al Creador del año del Salon de Lingerie de París.
Aunque se había mantenido hasta hoy como presidente honorífico de la marca, en 1998 decidió pasar a su hija el testigo. Núria Sardá, que llevaba tres años colaborando mano a mano con su padre en los diseños de la firma, es ahora la cabeza pensante y directora creativa de la compañía de alta costura.
Han sido muchas las vips a las que hemos visto con diseños de Andrés Sardá. Algunas, como Rosanna Zanetti o Martina Klein, han participado desfilando en sus desfiles. Otras, muchas internacionales como Lady Gaga, Julianne Moore o Carla Bruni, han demostrado en photocall y actos públicos su pasión por la creatividad del modisto, al que ahora toca decir adiós.