Los accesorios son ese elemento diferenciador que es capaz de levantar hasta el look más aburrido y de todos, esta primavera-verano los pendientes más llamativos serán los favoritos. Los pendientes de aro, los largos, las figuras de cerámica, las perlas, flores y frutas se han convertido en las joyas más vistas en la pasarela y en la calle, pero en 2020 llegan con una novedad: su tamaño oversize.
Aunque las reglas están para romperlas, una de las normas clásicas de estilo es no combinar grandes collares con pendientes llamativos, así que este año tendrás que prescindir de los primeros porque los segundos llegan en clave XXL.
Las argollas son un clásico que vuelve cada verano y este año tampoco van a faltar, la única condición es que se vean desde lejos, ya sea por su diámetro, por el grosor del aro o porque incluyen algún adorno, como estos de Parfois con cuerno colgante incorporado. Pero cuidado con el acabado, otro de los requisitos para cumplir con las tendencias de 2020 es que las argollas sean doradas.
Otra de las tendencias a la que se suman tanto las marcas de lujo como las tiendas low cost son los pendientes geométricos. Rectángulos solos de grandes dimensiones, combinados con círculos, lágrimas o triángulos e incluso pendientes geométricos desparejados.
El mayor problema de unos pendientes grandes es que sean pesados, por eso las marcas utilizan los más ligeros como la resina o el plástico para elaborar su bisutería, pero éstos a su vez suponen un problema para el medio ambiente. Por esta razón algunas firmas han invertido sus esfuerzos en la búsqueda de nuevos materiales sostenibles para el planeta. Es el caso de Mango, que ha creado una colección con tecnología de impresión 3D, utilizando Bio-materiales de origen vegetal de alta calidad, biodegradables y compostables.
Los pendientes de flecos también se han subido a la pasarela en diferentes materiales, desde los gigantescos creados con tejidos por Givenchy, a los de Chanel que utiliza tiras en las que se mezclan cadenas de cristales, perlas y strass. Si el pendiente es muy excesivo puedes jugar a llevar sólo uno, como proponen Marc Jacobs o Zimmerman.
Los motivos vegetales serán los favoritos de esta primavera verano y aquí se incluyen desde las flores de estilo naif a las barrocas, incluyendo todo tipo de hojas. Los diseños pueden ser sencillos y lineales como esta flor dorada de Zara o complicarse con diferentes filigranas; también los puedes encontrar en un solo material o combinando varios en una única pieza.
Si las flores son un clásico en la bisutería de primavera, las frutas no se quedan atrás como pieza veraniega, porque son pura frescura y diversión. Dolce & Gabbana y Gimaguas, algunas de las marcas de joya favoritas de Gigi Hadid, o Zara están de acuerdo en apostar por los motivos frutales, unas en versión lujo y otras para bolsillos low cost.
Pero no todo viene tan excesivo, algunas firmas apuestan por piezas de piedras o metálicas, lineales y estrechas. Eso sí, el tamaño va más allá del habitual y llega a alcanzar la medida del cuello e incluso, en algunos casos, superan la línea del hombro. Los diseños varían según el material en que se fabrican, pero de formas muy minimalistas.
Las perlas, que han llegado a principios de 2020 arrasando, seguirán siendo tendencia en primavera. Las hay pegadas al lóbulo de la oreja o colgando de diferentes estructuras doradas, unas más y otras menos largas. En cuanto al tipo de perla, las que más se verán en las calles son las blancas, ya sean barrocas o perfectamente redondas.
Las joyas a todo color son otra de las tendencias que han triunfado en la pasarela con Marc Jacobs a la cabeza y sus joyas de dimensiones astronómicas. También enormes aparecieron en el desfile de Off-White con formas abstractas, desmesuradas y de aspecto cerámico. Una combinación de ambas tendencias son los pendientes de cerámica de Bimba y Lola que utiliza este material para crear motivos coloridos inspirados en la naturaleza.
También hay espacio para mirar al pasado. Las joyas, concretamente los pendientes, se inspiran en la orfebrería de otros siglos adoptando especialmente el estilo victoriano que, en forma de grandes colgantes de metal y piedras preciosas o semipreciosas, utilizan motivos intercalados de flores, hojas, hiedra o serpientes.