Hay días en que, a pesar de tener el armario lleno de ropa, no sabes qué ponerte, bien porque no te ves favorecida, porque no tienes ganas de pensar o porque estás aburrida de tu ropa, algo que suele pasar al final de cada temporada. No es el momento de ir de compras, es el momento tirar de algunos trucos infalibles que te sacarán del “fashion drama” del día.
Quedarse parada delante del armario pensando no sé qué ponerme no es un buen comienzo de día, pero es un problema muy femenino y no es culpa de tu ropa. Es una situación muy común y la razón por la que sales de compras habitualmente, aunque tengas el armario lleno (y no puede ser que lleves toda la vida equivocándote). Pero grábate esta idea en la cabeza y díselo en voz alta a tu ropa: no eres tú, soy yo.
Reconocido el problema, vamos a por la solución. Es un mal día, no estás creativa, necesitas salir del paso y hacerlo bien, así que lo mejor es tranquilizarte y apostar por los básicos, que bien combinados son la mejor opción para un súper look.
Si amaneces preguntándote qué me pongo hoy, está claro que no estás para inventos, recurre al básico entre los básicos y crea un estilismo en blanco y negro. Puedes elegir uno de los dos colores para que predomine y añadir un detalle en el otro color: sólo el bolso, los zapatos, las gafas de sol, unos pendientes, una camiseta de tirantes o los zapatos. No sólo vas a salir del paso, lo vas a hacer triunfando. También puedes añadir un detalle en gris o, si te animas, elegir un color para darle al día un poco de vidilla a tu estilismo.
Hemos quedado en que estás en un día en el que no tienes que derrochar creatividad, así que recurre a otro combo que nunca falla: una camisetas o camisa masculina y un pantalón vaquero. Elige para este día el vaquero con el que siempre te ves bien, no es el momento de hacer malabares con un patrón complicado como el de los slouchy o los skinny, es mejor optar por unos rectos, unos culotte o unos relaxed jeans.
Para subir el volumen de tu estilismo, basta tirar de maquillaje y complementos: tu mejor par de zapatos, un bolso especial, unos pendientes divertidos, unos detalles en el pelo o un pañuelo estratégicamente colocado al cuello. Solo necesitas ciertos detalles para transformar un look corriente en otro elaborado.
Otra opción es tirar de estilo masculino para hacerte un look perfecto con un par de prendas. Bastan un pantalón ancho ceñido a la cintura con un cinturón y una camiseta o camisa para salir más que airosa del paso. También puedes superponer una chaqueta oversize a un pantalón ceñido e incluso a unos leggins, para convertir un básico aburrido en una tendencia del año. Recógete el pelo y dale caña al labial rojo para rematar el estilismo.
El minimalismo, ese estilo que nació en los noventa y que este año se ha marcado un regreso al futuro, muy probablemente para quedarse, es un ejemplo de cómo vestir bien con pocas prendas. Lo que debes aprender de este estilo es que no es necesario complicarse la vida, un vestido basta para hacerte un look impecable, pero ten en cuenta que la clave está en la calidad: poco, pero bueno. Si optas por el mínimal, puedes añadir un complemento llamativo, pero solo uno.
Si tienes un traje de chaqueta completo, ya tienes solucionado el problema de qué me pongo hoy y no hace falta tener más de uno para solucionar también el qué me pongo mañana. Los trajes de chaqueta son un recurso que no falla nunca, ya lo lleves completo o descoordinado. Usarlo entero es siempre una tendencia, pero puedes usar la chaqueta como comodín para faldas, vestidos y pantalones vaqueros.
Si quieres darle seriedad, llévalo con camisas masculinas, para un toque de glamur, con blusas sofisticadas, para quitarle rigor úsalo con camisetas y bodis y le darás un toque casual y atrévete con los microtops para sacarlo de noche y de fiesta.