Seguir las tendencias con estilo no consiste en llevar encima todas las prendas de última moda, es importante saber combinar lo clásico con lo actual y conseguir un equilibrio en el que cada prenda tenga sentido. En los últimos años los zapatos de deporte han iniciado una carrera imparable hacia la extravagancia que no parece tener fin. Cada día aparecen nuevos modelos, muchos de ellos difíciles de mirar y de calzar, que parecen clasificar en determinado estatus a quien los lleva, pero que pasados unos meses dejan de estar de moda. Una mala inversión sólo apta para bolsillos muy holgados.
Si buscas unas zapatillas unisex, que te duren años, que puedas combinar sin demasiadas dificultades y que siempre estén de moda, debes fijarte en los modelos clásicos porque esos siempre vuelven por muchas ‘triple S’ que se les pongan por delante.
Si hay un mito entre las zapatillas deportivas, esas son las Converse All Stars cuya historia se remonta a 1917, cuando se crearon las primeras zapatillas de baloncesto fabricadas en goma y tela, aunque el diseño definitivo no se alcanzó hasta la incorporación a la compañía del jugador de baloncesto Chuck Taylor. Fueron durante muchos años el calzado oficial de la NBA y con el tiempo se convirtieron también en el calzado oficial de numerosos grupos urbanos, entre ellos los skaters y de artistas callejeros. Se las distingue a siete leguas no sólo por su diseño, también por el parche redondo con el logo de la marca.
El modelo Suede de Puma tiene 52 años de historia, pues se remonta a los Juegos Olímpicos de México 68 donde saltó a la fama gracias a Tommie Smith, que ganó la carrera de los 200 metros lisos y más tarde se convirtieron en un símbolo los bailarines de hip-hop. Pero no sólo de historia vive este clásico que comenzó a ganarse su fama por su estética, que combina la suela de goma con ante cuando sólo se hacían zapatillas deportivas para correr de cuero, y terminó de convencer a millones de compradores por su comodidad.
Con algunos años menos, las Old Skool de Vans se pusieron por primera vez a la venta en 1977, fueron las primeras deportivas de la firma en las que apareció la banda lateral característica de la marca. Aunque en sus inicios fueron consideradas como unas zapatillas para hacer skate, a las que llamaron Style 360, su línea clásica en la que se combinan cuero y ante las han convertido en un calzado para todo el mundo. Su diseño actual apenas varía del original de hace más de 40 años, a pesar de haber sido reinventadas temporalmente mediante numerosas colaboraciones con firmas como Off-White, Opening Ceremony o Marc Jacobs.
Hay fans incondicionales de las New Balance que dicen que son las mejores zapatillas para correr, pero con independencia de si están o no en el pódium de los calzados más rápidos, si están entre las marcas más vendidas. Su modelo 990v5, la nueva versión de la mítica 990, es un híbrido entre las zapas de padre y los modelos clásicos y minimalistas, aunque en España las favoritas son el modelo 247, que tienen un perfil algo más relajado. Pero el verdadero clásico New Balance es la 547, un modelo creado a partir de otros dos de la marca en 1988 y que sigue siendo el emblema de la firma.
En un listado de zapatillas de deporte clásicas no pueden faltar las míticas Stan Smith de Adidas, que forman parte del catálogo de la marca desde 1965. Fueron fabricadas para el tenista Robert Haillet, que rediseñó el modelo en 1971 superando en fama a su creador quien en alguna ocasión se quejaba "mucha gente piensa que soy un zapato. Ni siquiera saben que yo era tenista. La zapatilla ha cobrado vida propia por encima de mí". Son las deportivas minimal por excelencia y a su leyenda han contribuido nombres como Marc Jacobs o Phoebe Philo, que siempre las calzaba para saludar al final de los desfiles de Celine.