Dicen en psicología que el color naranja representa principalmente la alegría, el entusiasmo y lo divertido, además se ha relacionado con el exotismo, la sociabilidad, la originalidad, la extraversión, la actividad o el entusiasmo y la cercanía. Pero con el naranja no todo es positivo, ciertas tonalidades y algunas combinaciones con otros colores están asociadas a una actitud frívola y convencional y otras representan lo inadecuado, el peligro, la lujuria y la sensualidad.
Lo cierto es que, con independencia de todos estos significados, el color naranja es un clásico del verano que sienta genial cuando te bronceas, también es divertido y chispeante, por eso apetece tanto cuando los días se alargan y empieza a oler a verano
Muchas firmas de lujo, como Paco Rabanne, Dries Van Noten, Prada o Jacquemus, han incluido el color naranja en sus colecciones de primavera-verano y no ha tardado en llegar a los catálogos de las marcas más accesibles.
El naranja por sí mismo es un color claramente refrescante que, particularmente en verano, transmite relax y buen rollito, pero el resultado del look depende indiscutiblemente de las prendas elegidas. Debes alejarte de patrones muy aniñados, salvo que te atrevas mezclar conceptos como un vestido de volantes con unas deportivas o unas botas militares.
En todo caso, siempre puedes ayudarte de otros colores porque dependiendo de cómo lo combines, cambiará el mensaje. Para convertirlo en el único protagonista de tu look, combínalo con tonos neutros: blanco para que brille más, beige o marrón para neutralizarlo y negro para apagarlo.
Cuando en un estilismo predominan colores oscuros como el negro, el marrón chocolate o el verde musgo o azul marino, unas pinceladas de naranja se se llena de dramatismo que, si además va acompañado de dorado, es capaz de convertir en barroco cualquier prenda del siglo XXI.
También existen combinaciones mucho más vibrantes, son aquellas en las que el naranja trata de imponer su fuerza por encima de otros colores igual de cálidos y llamativos como son el rojo, el amarillo o el rosa. En estas mezclas son determinantes las tonalidades elegidas para que el conjunto sea armónico.
Si buscas contrastes interesantes, lo mejor es ayudarte de colores fríos. Para combinar el naranja con un azul, puedes recurrir a lo fácil que es tirar del tejido vaquero, pero si buscas una mezcla más osada deberías probar con el turquesa. Con el morado te pasas al lado más conceptual y con el verde cuidado, depende de los tonos elegidos puedes pasar del estilo más clásico al más arriesgado.
Volviendo a las interpretaciones psicológicas de los colores, es indudable que forman parte de las técnicas que mejoran la comercialización de los productos, es decir, del marketing y se utilizan en ámbitos tan dispares como la alimentación, la telefonía e incluso la política. Es lo que se llama el color corporativo y en muchas ocasiones se determina el uniforme de los dependientes, la decoración de los locales e incluso la indumentaria de los políticos. En este sentido basta comprobar cómo Inés Arrimadas tira de naranja en casi todos sus actos institucionales. Sólo este año, en el que durante dos meses apenas ha salido de su casa, se pueden contar siete combinaciones de naranja, sólo de las que ella misma ha publicado:
Una reunión el 25 de enero con Juan Guaidó
Un acto de partido en Cataluña el 2 de febrero
Un paso de domingo el 4 de febrero
La celebración del aniversario de la agencia EFE el 5 de febrero
Otro acto de partido, este en Madrid, el pasado 15 de febrero
La reunión del día 18 de febrero con la asociación de autónomos
Una entrevista (virtual) en televisión el 19 de marzo