La luna de miel de Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho en Japón, entre templos y gastronomía
Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho están viviendo una luna de miel inolvidable en Japón, recorriendo templos, paisajes naturales y explorando la gastronomía local
Desde el templo Inari hasta el ramen de wagyu con huevo crudo, la pareja comparte cada experiencia a través de las redes
El significativo detalle de Ana Cristina Portillo con sus hermanas el día de su boda: "Fue emocionante"
Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho sellaron su amor el pasado fin de semana en una boda que será recordada por su elegancia y calidez. El evento, que reunió a familiares y amigos en la exclusiva finca familiar, marcó el inicio de una nueva etapa para la pareja, que no ha perdido tiempo en embarcarse en una luna de miel de ensueño. Japón ha sido el destino elegido por los recién casados, quienes ya están inmersos en la riqueza cultural del país asiático. Desde la paz de sus templos sagrados hasta los frondosos bosques que rodean sus antiguas ciudades, Ana Cristina y Santiago disfrutan de una travesía inolvidable. Además, están deleitándose con la gastronomía japonesa, probando desde los platos más tradicionales hasta las delicias locales más inusuales. Un viaje lleno de descubrimientos, del que están dando buena cuenta en redes sociales.
Los lugares que Ana Cristina y Santiago están visitando en Japón
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Uno de los lugares que ha mostrado es su visita al famoso templo Ryoan-ji, en Kioto, conocido por su espectacular jardín zen de rocas, donde la serenidad y la espiritualidad del lugar parecen haberse convertido en una pausa perfecta en su aventura. Con imágenes que reflejan la paz y la belleza del entorno, Ana Cristina ha dejado ver su admiración por la arquitectura y la historia japonesa.
Otra de las paradas que la diseñadora de moda ha compartido en sus historias de Instagram ha sido en el impresionante templo Tenryu-ji, en Arashiyama, Kioto. Famoso por sus jardines zen y su majestuoso bosque de bambú, ha mostrado a sus seguidores la fascinante manera en la que los japoneses diseñan y cuidan el bambú, creando senderos que parecen sacados de un cuento. En una de las fotos más especiales del viaje, Ana Cristina aparece junto a Santiago, posando frente al tranquilo lago Sogen.
La siguiente parada en la luna de miel de los recién casados ha sido el famoso templo Fushimi Inari, conocido por sus icónicos 'torii' rojos y los místicos zorros guardianes de la entrada, que en la mitología japonesa son mensajeros de Inari, el dios del arroz y la prosperidad. Ana Cristina, fascinada por la historia, ha comentado que el templo estaba repleto de turistas, pero a medida que comenzaron a subir hacia la cima de la montaña Inari, la cantidad de visitantes disminuía notablemente, señalando que "pocos suben". Sin embargo, ella y Santiago han completado la ascensión, alcanzando la cima, desde donde han disfrutado de unas vistas espectaculares.
La cultura gastronómica y las citas nocturnas
La hija pequeña de la fallecida Sandra Domecq también ha querido compartir con sus seguidores los momentos gastronómicos más especiales de su luna de miel, mostrando cómo cada cena es una experiencia única. En una de sus últimas historias, ha subido una foto de Santiago bajo las luces tenues de un restaurante tradicional japonés, acompañada del comentario: "Cada día es una cita nocturna".
La pareja ha estado disfrutando de los sabores más auténticos de la cocina japonesa, deleitándose con platos típicos y exclusivos como pargo ahumado con 'cappellini' de repollo, un salmón a la parrilla con salsa miso y vinagre 'tosazu' o lo que ella considera como "la mejor carne que ha probado nunca", el solomillo de la carne de vaca japonesa kuroge wagyu .
Como parte de su inmersión en la cultura japonesa, la pareja recién casada decidió probar uno de los platos más tradicionales: el ramen de wagyu. En sus historias, Ana Cristina ha compartido la curiosa costumbre local de acompañar el ramen con huevo crudo, algo que llamó mucho su atención. "Huevo crudo para mezclar con TODO". Este pequeño detalle, que para los locales es tan cotidiano, añade una nueva dimensión al plato, donde incluso vemos que en la mesa tienen una panera repleta de huevos.